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Si el voto la favorece, si gana la elección de 2024, si se convierte en gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García no dejará pasar los sinsabores, malos ratos, pésimos momentos provocados por Eric Cisneros Burgos, Sergio Gutiérrez Luna y Amado Cruz Malpica. La venganza la va a disfrutar.

Cisneros, el ex secretario de Gobierno de Cuitláhuac García, se salió de control. Se promovió para gobernador. Inundó de espectaculares con su imagen todo Veracruz. Desoyó los llamados del presidente Andrés Manuel López Obrador a renunciar al cargo si pretendía la candidatura o mantenerse quieto. Al final, le compitió a Nahle y expresó que la ex secretaria de Energía no había ganado la encuesta de Morena.

Gutiérrez Luna fue el primero en enfrentarla. Buscó ser candidato a senador por Morena. Apretó promoviéndose en todo Veracruz, exhibiendo que su meta era la gubernatura. Desafió a Rocío Nahle. En la encuesta se vio su realidad: quedó en séptimo lugar.


 

Amado Cruz Malpica, quien le debe la alcaldía de Coatzacoalcos, decidió jugar con Marcelo Ebrard. Se alió con el propietario de los periódicos Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, José Pablo Robles Martínez, e hicieron contracampaña. Ambos fracasaron.

La véngala vendrá cuando Rocío Nahle sea gobernadora… si es que logra vencer al candidato del frente opositor, José Francisco Yunes Zorrilla.

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