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En un trágico desenlace, el ahora fallecido candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio, ha visto cumplirse las sombrías amenazas que denunció públicamente hace semanas. Este comprometido político ecuatoriano, cuyo valor lo llevó a enfrentarse a las amenazas del grupo criminal conocido como Los Choneros, ligado al Cartel de Sinaloa, pagó el precio más alto por su lucha en contra de la corrupción y la delincuencia.

Villavicencio, en un valiente acto, compartió en un video su enfrentamiento directo con los peligros que le acechaban. Con voz firme, declaró que Los Choneros, una facción local vinculada al Cartel de Sinaloa, habían advertido sobre posibles ataques si continuaba denunciándolos durante su campaña política. Su postura inflexible ante estas amenazas, que confirmaban el impacto de su propuesta de campaña en las redes criminales, lo llevó a afirmar: “Esto lo que hace es confirmar que, efectivamente, nuestra propuesta de campaña afecta gravemente a estas estructuras criminales. Y aquí estoy yo, dando la cara. No les tengo miedo. 20 años me he jugado en este país en contra de estas estructuras delictivas, y les reitero: no les tengo miedo”.

La tragedia aconteció el miércoles por la tarde, después de un acto de campaña en Quito, la capital de Ecuador. Villavicencio, de 59 años, había sido miembro destacado de la Asamblea Nacional y presidía la comisión de Fiscalización antes de lanzarse como candidato por el Movimiento Construye. Si bien las encuestas lo situaban en el cuarto o quinto lugar entre los candidatos, su fallecimiento ha sacudido la política del país en vísperas de las elecciones programadas para el 20 de agosto.


 

El mensaje de Villavicencio estaba impregnado de determinación, y su compromiso con poner fin a la amenaza del narcotráfico resaltaba. En medio de la creciente criminalidad y la inseguridad en Ecuador, el candidato había asegurado en diversas ocasiones: “Se acabó el tiempo de la amenaza”. Su llamado a enfrentar a los grupos criminales resonaba poderosamente en su mensaje, declarando: “En año y medio vamos a someter al narcotráfico. No les tengo miedo […] Lo único que pueden hacerme es matarme, y con eso liberamos a un pueblo entero. No le tengo miedo a la muerte, porque yo ya vencí sobre ella”.

El valiente candidato no solo pronunció sus palabras audaces, sino que también desafió las amenazas con acciones decididas. A pesar de que se le aconsejó tomar precauciones, rechazó usar chalecos antibalas, confiando en el respaldo de su pueblo. “Ustedes son mi chaleco antibalas, yo no lo necesito”, exclamó enérgicamente.

En el video en el que denunció las amenazas, un nombre destacaba: Alias Fito, líder de Los Choneros. Esta organización criminal, afianzada en el poder, tenía sus raíces en la ciudad costera de Manta en los años 90 y operaba en la actualidad como parte del tráfico de cocaína para el Cartel de Sinaloa. Su enfrentamiento con otras bandas refleja la complejidad del entorno delictivo en Ecuador.

El legado de Fernando Villavicencio como luchador infatigable contra la corrupción y el crimen perdurará en la memoria del país, mientras se busca justicia por su asesinato. Su sacrificio destaca la valentía y la determinación necesarias para enfrentar a los elementos oscuros de la sociedad y el mundo político.

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