Veracruz, Ver.- El dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, busca deslindarse del controvertido caso de los Yunes azules, asegurando que el proceso de expulsión de Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, está “archivado”, sin advertir que en tribunales electorales podrían revertir su desafiliación.
Jorge Romero aduce que el senador veracruzano, Miguel Ángel Yunes Márquez, “ya opera en otra bancada”, en referencia a que participa en las reuniones de Morena en el Senado y vota en línea con la fracción morenista.
La relación entre los Yunes y la corriente panista que controla al PAN continúa siendo un tema polémico. A pesar de las acusaciones en su contra, los Yunes se han beneficiado de candidaturas clave otorgadas durante la gestión de Marko Cortés como líder nacional del PAN. Estas decisiones han consolidado la influencia de los Yunes en Veracruz, bajo el cobijo de una dirigencia que aparenta mantener acuerdos políticos con este grupo, conocido como los “Yunes del Estero”.
La postura de Jorge Romero, al minimizar el caso y no emprender acciones claras para revisar la situación, ha sido vista como una muestra de complicidad, protección y encubrimiento que podría provocar escisiones y ruptura una vez que se conozcan los nombres de los precandidatos a las alcaldías, máxime que l0s Yunes pretenden seguir acaparando las de la zona Veracruz-Boca del Río-Medellín-Alvarado.
Cuestionado sobre si también se tramitaría la expulsión del otro hijo del ex gobernador, Fernando Yunes Márquez, actual diputado local en el Congreso de Veracruz, Romero Herrera fue tajante al decir que no será sancionado porque en el PAN “no aplican las penas trascendentales”.
Fernando Yunes opera para volver a postularse a la presidencia municipal de Veracruz, cargo que ya desempeñó de 2018 a 2021. Sin embargo, cada vez que tiene oportunidad justifica acciones o declaraciones de la gobernadora morenista, Rocío Nahle García.
Críticos internos del partido han señalado que tanto Marko Cortés como Jorge Romero comparten una estrategia política que favorece a los Yunes azules, perpetuando su control regional y debilitando los principios democráticos del PAN. Esta relación ha provocado tensiones dentro del partido, donde militantes exigen claridad sobre el caso y un verdadero compromiso con la transparencia y la justicia interna.