
Veracruz, Ver.- La Operación Pilatos en el PAN sigue su curso. El dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, se lava las manos en el controvertido caso de los Yunes azules, asegurando que el proceso de expulsión de Miguel Ángel Yunes Linares y su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, está “archivado”. Y no le pone trabas a la posible candidatura de Fernando Yunes Márquez a la candidatura panista a la alcaldía del Puerto de Veracruz.
Dice que la expulsión de los Yunes azules -Miguel Ángel padre y Miguel Ángel hijo- ya es un proceso concluido. Salieron del PAN luego que el senador Yunes Márquez votara a favor de la Reforma Judicial obradorista y que viene aprobando todas las reformas promovidas por Morena y acude a las sesiones de la fracción oficialista en el Senado.
“Ya están en otra bancada”, dice el dirigente nacional panista, pese a que los Yunes han propalado que acudirían a los tribunales para revertir la expulsión y mantenerse en el PAN.
La relación entre los Yunes y las dirigencias panistas continúa siendo un tema polémico. A pesar de las acusaciones en su contra, los Yunes se han beneficiado de candidaturas clave otorgadas durante la gestión de Marko Cortés como líder nacional del PAN. Estas decisiones han consolidado la influencia de los Yunes en Veracruz, bajo el cobijo de una dirigencia que aparenta mantener acuerdos políticos con este grupo, conocido como los “Yunes del Estero”.
Marko Cortés, como antes Ricardo Anaya Cortés, y el mismo Jorge Romero, pertenecen a una misma corriente política, a la que el panismo doctrinario acusa de mantener secuestrado al partido. Son los mismos que le concedieron a los Yunes azules o Yunes del Estero candidaturas a la gubernatura de Veracruz, diputaciones federales y locales, senadurías y a las alcaldías de Veracruz y Boca del Río.
Cuestionado sobre si Fernando Yunes Márquez, quien es diputado local en el Congreso veracruzano, correría la misma suerte, respondió que su caso es distinto. “Se ha mantenido en concordancia con los principios del PAN”. Abre así la posibilidad de que sea el candidato a la alcaldía de Veracruz, cargo que ya desempeñó y que heredó a su cuñada, Patricia Lobeira Rodríguez, esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez.
La postura de Jorge Romero, al minimizar el caso y no emprender acciones claras para revisar la situación, ha sido vista como una muestra de complicidad. Al mantener intactos los privilegios políticos de los Yunes. Romero refuerza la percepción de que su liderazgo sigue alineado con los intereses del grupo político que ha dominado la esfera panista en Veracruz.
Críticos internos del partido han señalado que tanto Marko Cortés como Jorge Romero comparten una estrategia política que favorece a los Yunes azules, perpetuando su control regional y debilitando los principios democráticos del PAN. Esta relación ha provocado tensiones dentro del partido, donde militantes exigen claridad sobre el caso y un verdadero compromiso con la transparencia y la justicia interna.