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RUBÉN CORTÉS

(Tomada de Etcétera)

La muerte de dos sacerdotes a manos de un asesino a quien el gobierno tiene encarpetado hace años, y no acaba de capturar, destapó los oprobios contra la Iglesia Católica que han sido barridos bajo la alfombra.


 

En Aguascalientes, familiares de sacerdotes permanecen desaparecidos tras ser secuestrados por el crimen organizado; un promedio de 26 iglesias son asaltadas por semana; las iglesias tienen que pagar derecho de piso…

Y, si era mucho el acecho, ahora les cayó encima el poder del gobierno, tras la exigencia de los sacerdotes de que -este acabe con la impunidad, porque los abrazos no alcanzan para cubrir los balazos.

El desplante les llegó rápido en voz del Jefe del Ejecutivo:

“¿Qué quieren los sacerdotes, que resolvamos los problemas con violencia, apostar a la guerra?. ¿Por qué callaron cuando se ordenaron las masacres?”.

El mandatario se refería a masacres registradas hace más de seis años, aunque durante los dos últimos años y medio de su gestión se han registrado 175 masacres, que dejaron sin vida a civiles, campesinos, policías y niños.

De enero a junio de este año, suman 42 masacres, con 306 muertos; en 2020 se registró una masacre cada cinco días, para un total de 71, en las cuales fueron asesinadas 486 personas.

Además, en 2021 se registraron 62 masacres, en las cuales fueron ultimadas 436 personas.

Como sea, si los clérigos católicos tenían problemas con la violencia, los secuestros de familiares, el pago de derecho de piso a los cárteles de la droga para poder oficiar misa… ahora es peor, porque ahora enfrentan el del presidente.

En un país donde 77 por ciento se considera católico, según cifras del Inegi en 2020, el mandatario acusó a los curas católicos de estar “apergollados” por la oligarquía. “¿Por qué esa hipocresía? Eso no se debe permitir”, les advirtió.

Pero su relación con la Iglesia Católica había sido buena, sobre todo cuando fue Jefe de Gobierno del DF (2000-2006) y le regaló tres hectáreas frente a la Basílica de Guadalupe (Notario Público número 64, oficio SF/PFDF/2003/6367)

En abril de 2003, le obsequió cinco terrenos donde Carlos Slim construyó la Plaza Mariana, a un costo de 700 millones de pesos, con criptas, oficinas, mercado público, museo guadalupano y una clínica.

El GDF también pagó las escrituras en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio, siete millones 131 mil 558 pesos, aunque la donación costó en total al erario 163 millones 407 mil 801 pesos.

Pero los tiempos cambiaron. Hoy les dice a los curas que están apergollados con la oligarquía; y los curas le responden: “No es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora”.

Lo tienen encima.

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