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Asistimos, ahora mismo, a una degradación de la práctica política en Veracruz.

El actual proceso electoral municipal está sirviendo para mostrar un nuevo rostro de ése que debiera ser un ejercicio democrático: el descaro de los partidos políticos al dar cabida en sus filas a personajes impresentables, señalados por la fama pública, para que sean sus candidatos a presidentes municipales o, en todo caso, a síndicos o regidores.

Después del más bajo nivel al que cayó la actividad en Veracruz con Javier Duarte y –como le llama Miguel Ángel Yunes Linares– toda su “banda”, sorprende y alarma que las dirigencias partidistas no traten de enmendar el camino y persistan en sostener vicios y prácticas que denigran el oficio de los políticos y ofenden gravemente a los veracruzanos.

Principios y valores que deben regir toda formación política han desaparecido casi por completo para dar paso a un pragmatismo vergonzoso sustentado en el cinismo, la conveniencia y obsesión por el poder, así como la ambición económica.

Lo más grave, creo yo, es que los ciudadanos veamos los hechos y no nos conmovamos, aceptemos las cosas y con nuestro silencio avalemos lo que está mal. Cuando surjan más Duartes, no tendremos derecho a quejarnos ni a reclamar nada. Si es cierto lo que decía Winston Churchill de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, entonces también nosotros nos hemos degradado porque no obstante los gobiernos y los gobernantes desastrosos que hemos tenido, corruptos y que le han hecho mucho daño a Veracruz, los seguimos tolerando.

 

Tomado de: http://referente.com.mx/la-oposicion-recicla-desechos-politicos/

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