
Ciudad de México — El periodista veracruzano Eduardo Segura fue blanco de un atentado la noche del viernes 11, cuando dos personas a bordo de una motocicleta arrojaron bombas molotov contra su vehículo, estacionado frente a su domicilio en la colonia El Rastro, en el municipio de Tantoyuca, al norte del Estado de Veracruz.
El ataque ocurrió alrededor de las 20.30 horas y quedó registrado por cámaras de seguridad de la zona. Al momento del incidente, ni el periodista ni su familia se encontraban dentro de la vivienda. Gracias a la intervención de vecinos, las llamas fueron sofocadas antes de que se propagaran y causaran mayores daños.
Segura, colaborador de medios digitales locales, transmitió horas después en vivo a través de Facebook para denunciar públicamente el atentado. En su mensaje, atribuyó el hecho a una represalia por una publicación reciente que, según afirma, involucra a un actor político que estaría próximo a participar en el proceso electoral. “No quiero asegurar nada, pero sé que de ahí viene”, declaró.
La agresión se produce en un contexto de creciente hostilidad hacia el periodismo en México. En su comunicado, el periodista señaló que había intentado presentar previamente una denuncia ante la Fiscalía estatal por amenazas, pero esta fue rechazada bajo el argumento de falta de elementos probatorios. “Así quieren callarnos”, lamentó.
Tras el ataque, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) ofreció medidas de protección al comunicador y su familia. Elementos de la Guardia Nacional también se presentaron en el lugar de los hechos.
“Este ataque no es solo contra mí, es contra todos los que ejercemos la libertad de expresión”, dijo Segura, quien se mantiene activo en redes sociales informando sobre temas locales, seguridad pública y política regional.
México continúa siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Según Reporteros Sin Fronteras, al menos 28 periodistas han sido asesinados en el país desde 2021 en posibles represalias por su labor informativa. En regiones como Veracruz, con un historial de violencia contra la prensa, estos hechos siguen generando un clima de miedo e impunidad.