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En 2021 chaqueteó; quería se candidato de la oposición a la alcaldía de Coatzacoalcos y terminó apoyando a los candidatos de Morena

En el mundo de la fantasía, nadie como Armando Rotter. Por enésima ocasión va por la diputado federal.

Tozudo, tenaz, iluso, Rotter no es un hombre de detalles… ni de memoria. Dice que irá por el Frente Amplio por México o Frente por Veracruz o como se termine por llamar, pero que va.


 

Son irrelevantes, para él, los detalles de su nueva gesta. Y más irrelevante su memoria y el pasado. Qué le importa a Rotter si hace dos años, en 2021, decía ir por la coalición opositora que se armaba para contender por la alcaldía de Coatzacoalcos y en un parpadeo Rotter se desdijo, se bajó del proyecto y salió con una batea de babas descomunal: su apoyo a Morena y su rechazo a los candidatos de la oposición.

No era temporada de lluvias pero desató un huracán. Le llovió sobre mojado. Le pegó un tsunami. Lo tildaron de traidor. Lo insultaron. Lo masacraron. La sensatez, en Rotter, brilló por su ausencia.

El diluvio de Noé fue un charco comparado con el naufragio de Rotter cuando días después se le vio cabildear, reunirse, gestionar, acercarse a figuras de Morena, Alejandro Rojas Díaz Durán, el senador rebelde, suplente de Ricardo Monreal, o con Gonzalo Vicencio Flores, ex líder morenista estatal, y con un buen tanto de ex perredistas que le reconocen, dentro de todo, que como alcalde le dio a Coatzacoalcos un impulso crucial.

En mucho tuvo razón para el chaquetazo. Salvo Raúl Ojeda Banda, ex líder de la Canaco local, aquello no era una pasarela; era un certamen de priismo puro. La sociedad civil fue ignorada, quedó en el simple discurso.

En el cónclave de los elegidos había tufo a PRI:

Carlos Vasconcelos Guevara, líder del sector obrero sin ser obrero, hoy es el dueño del PRI local. Dos veces candidato a la alcaldía, dos veces perdedor.

Víctor Rodríguez Gallegos, el hombre más cercano al ex alcalde Marcelo Montiel Montiel, inodados ambos en denuncias por malversación de recursos cuando controlaban la delegación federal de Sedesol en Veracruz. Y muchos otros pecados.

Jesús Moreno Delgado, ex director del DIF con Marcelo Montiel, que terminó yéndose a Fuerza Por México para luego plegarse a la línea de Amado Cruz Malpica y hoy ser aplaudidor de Rocío Nahle, la de la refinería que no refina ni vapor de gasolina.

Armando Rotter fue satanizado por el chaquetazo pero nada lo amilanó. Tres años después, regresa con la Carrera Rotter y el anuncio que intentará, porque así es él, ser diputado federal.

Que lo busca el PRD, dice. Que se acercará a los partidos de la oposición, terreno nada fértil. Y así el sueño.

En el mundo de la fantasía, como Rotter no hay otro igual.

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