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“Mientras los necios deciden, los inteligentes deliberan.” – Plutarco.

 

¡Veracruz esta de cabeza!, nuevamente la entidad se tiñe de rojo.


 

Los intentos del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez por controlar la incidencia delictiva parecen no funcionar.

8 muertos destazados en Maltrata, y cinco embolsados más en Vega de Alatorre, la confirmación.

Su innecesario golpeteo mediático contra el pasado reciente, fundado en acuerdos más de orden partidista, que de política pública y gobierno, hacen quedar mal al mandatario 31 en popularidad del país.

La percepción social ya no cambiará por más campañas mediáticas que intenten lo contrario, su gobierno nació muerto, desde el momento en que no entendió que los revanchismos, el cobro de facturas, son cosa de párvulos en el ejercicio político.

El distanciamiento con el presidente Andrés Manuel López Obrador es evidente.

Frío y distante en sus últimas visitas, el mandatario nacional, ya le transmitió un claro mensaje al todavía gobernador.

Su tiempo al frente del Ejecutivo Estatal tiene fecha de caducidad y esta próximo, un año cuatro meses.

El mensaje lanzado este viernes en Durango, muestra de nueva cuenta un mensaje encriptado.

“Hay estados en donde tenemos más problemas que otros en materia de seguridad; es decir, hay más incidencia delictiva en algunos estados; hay 10 estados muy complicados que se les está dando una atención especial y se les va a reforzar la vigilancia, subrayó.”

“Aquí en Durango había mucha violencia, y la verdad han podido disminuir la incidencia delictiva; imagínense que en todo el año en Durango, es como para decir, en otros casos que debe seguirse el ejemplo, aquí en todo el año no ha habido un secuestro; ayer no hubo homicidios en Durango y así está Nayarit, inclusive Sinaloa, ha bajado la incidencia delictiva. No podemos decir lo mismo en el caso de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Guanajuato y Veracruz, pero sí sabemos bien lo que está sucediendo y no estamos cruzados de brazos.”

Dicho distanciamiento ha provocado un enfriamiento del gobernador Cuitláhuac García hacia el protagonismo de su secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros, a quien ahora lo tiene lejano y distante.

La evidencia de roces infranqueables ha comenzado a surgir en los pasillos del propio Palacio de Gobierno.

El mensaje lanzado en Palacio Nacional a mediados de semana fue la confirmación de que López Obrador tiene plan B y si se apuran hasta C y D para sustituir a García Jiménez.

El apapacho al director General de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuil es la muestra de como se tiran busca pies, para encontrar salidas a temas de relevancia nacional.

Quienes pensaron que Ahued estaba frio políticamente hablando a su salida del Senado se equivocaron.

La jugada era cuidar a uno de los principales activos en Morena.

Hoy el presidente cuenta con dos apuestas más, que están reservadas, fuera de reflectores, pero en la actividad pública, moviéndose, bajo su ojo supervisor, para llegado el momento, acabar con tanta grilla barata, esa de café a la que siempre estuvieron acostumbrados y que no quisieron dejar al asumir el gobierno.

Sextante.

Vaya que en el entramado que significaría la reelección de Lorenzo Antonio Portilla en el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) las redes y marañas se comienzan a destejer.

Hoy sale a la luz que una de sus perversiones con el objeto de perpetuarse en el encargo era intentar atajar a todo aspirante natural al cargo.

Así con la ayuda de varios aliados, el aún auditor construyo un plan para atacar al entonces presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), Sergio Vázquez Jiménez.

Para ello, utilizó al contralor Interno de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa (CMAS), Luis Guerrero García, quien, a principios de la administración municipal de Hipólito Rodríguez Herrero, entre enero y febrero de 2018 vendió la versión de que le ayudaría a recuperar un supuesto saqueo de 200 millones de pesos en ese organismo operador.

Todo el show sustentado por este arquitecto de profesión carecía de pruebas reales.

En su intento se prestó a la construcción de pruebas que incluso por las vías jurisdiccionales fueron desechadas.

En su intento de lavarse las manos ante el mismo alcalde Rodríguez Herrero, frente a la nula confirmación de sus dichos, encontró junto a Portilla Vázquez una forma de transitar.

El manto protector de la hoy tesorera municipal, Clementina Guerrero -hermana del contralor de CMAS- serviría para entonces negociar algo con el ORFIS.

Se dice que la renuncia de Portilla Vázquez en el órgano fiscalizador habrá de estar cubierta por el nombramiento de Karina de la Fuente Izaguirre, actual Auditoría Especial de Fiscalización a Cuentas Públicas del ORFIS, como responsable del propio organismo mientras se da la reelección.

¿Qué papel jugará en todo esto la propia tesorera municipal, quien tiene a Raúl de la Fuente Polanco como director de Ingresos?, ¿Porque la coincidencia de que sea padre de la propia Karina de la Fuente no es casual?

Al tiempo.

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Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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