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Un amigo que de política conoce un rato, me dijo que si no han chispado a Eric Cisneros de la secretaría de Gobierno es por lo que le sabe a todos los miembros del gabinete de Cuitláhuac García, al propio gobernador y hasta por lo que le sabe a Rocío Nahle. “No olvides que es el único funcionario que tiene a su disposición un ejército de espías y a todos soplones y ojeras que hay en el estado”. Lo cual es cierto.

Pero yo pregunto, ¿qué le puede saber a Cuitláhuac, a sus secuaces y a la zacatecana que sea tan grave como para mantenerlo en el cargo? Por mucho que les sepa de desvío de recursos, abuso de autoridad, corrupción y latrocinio, hasta problemas de alcoba o preferencias sexuales, nada justifica que siga en su puesto después de haberle faltado al respeto al Presidente.

Porque no solo desobedeció la orden presidencial de que renunciara por gastarse millones de pesos del erario en andarse promocionando, sino que con su negativa, literalmente mandó al tabasqueño al diablo.


 

Hasta donde me alcanza la memoria no sé de ningún funcionario que después de rebasar los límites de lo permitido (y más con un Presidente) siga ocupando su cargo.

La excepción y el primero es Eric Patrocinio Cisneros.

¿A qué santo o virgen le rezará que le ha concedido tamaño milagro? Quizá a San Martín de Porres, a la Virgen de Atocha, a San Benito de Palermo o a Santa Efigenia, todos ellos afrodescendientes. O quizá al Cristo Negro de Otatitlán.

Ve tu a saber, lector.

Pero no creo que el milagro le alcance para el 2024.

Eric se ha convertido en un lastre para el gobernador al que le han faltado tamaños para pedirle su dimisión. Pero también se convertirá en un lastre para el candidato o candidata de Morena, sea quien sea, que no lo querrá tener de operador.

Por mucho que se ande paseando en bicicleta, Eric está en el limbo y sus días como número dos de Veracruz están contados.

¿A dónde irá?

Por lo pronto no será a una senaduría, tampoco a una diputación federal o local.

Así como es verdad que conoce hasta los secretos más íntimos del gobernador hacia abajo, también es cierto que en Palacio Nacional conocen su nebuloso historial y hasta sus pensamientos más negros.

Y en ese sentido aguas porque Andrés Manuel no se anda con miramientos cuando se trata de hundir y mandar encerrar a quien se le sube a las barbas. Y Eric se colgó de ellas.

El presidente no necesitará, como lo ha hecho en otras ocasiones, inventarle algún delito para chisparlo como secretario de Gobierno e ir más allá. Bastará con que se asome al enorme expediente que sobre él tiene el departamento de Inteligencia de la Secretaría de la Defensa para torcerlo sin piedad.

Sin futuro político, rechazado por los veracruzanos, mal visto por la clase política, odiado por la gran mayoría de los alcaldes, peleado con personajes de primer nivel como Juan Javier Gómez Cazarín y Zenyazen Escobar (escuderos de la señora Nahle), distanciado del gobernador y señalado por el presidente, lo mejor que puede hacer el nativo de Otatitlán, antes de que le suceda una desgracia, es regresar a Baja California y escribir un libro sobre la negritud en esa península.

A ver si por allá sí pega como “escritor” y “promotor de la cultura”.

Marlon Ramírez, más allá del 2024

Para quienes aseguran que el diputado local Marlon Ramírez Marín alargará su presencia como líder estatal del PRI hasta el 2024, la respuesta es que no andan ni tibios. El legislador jarocho buscará encartarse en el siguiente proceso electoral, pero no buscará la candidatura a la gubernatura. Le está midiendo muy bien el agua a los camotes y el paso que dará lo mantendrá vigente en la política al menos hasta el 2027.

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