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* No se admitirá que “los desechos de otros municipios sean depositados en nuestra ciudad”, dice Zoila Balderas

* En plena pandemia, Sedema ejerce presión para concretar el confinamiento de basura

* Familia del síndico y empresarios de Coatzacoalcos, detrás del proyecto


 

* Los escándalos de la titular de Sedema, incluido el secretario acusado de hostigamiento sexual

 

MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO

 

NANCHITAL DE LÁZARO CÁRDENAS.— Tajante, la alcaldesa de Nanchital, Zoila Balderas Guzmán, rechaza una vez más la pretensión de instalar un relleno regional para el confinamiento de residuos sólidos, negocio de empresarios locales y de Coatzacoalcos, y advirtió que la solución al problema de la basura se hará en la línea que la ciudadanía dicte.

“Coincido firmemente con la postura de nuestros habitantes —abundó—, en el hecho de que el relleno sanitario que nos conviene sea de carácter municipal y no regional. Esto último es lo que la ciudadanía ha manifestado a través de diversos medios; su total desacuerdo, negándose con toda la razón, a que los desechos de otros municipios de la región sean depositados en nuestra ciudad”.

Su postura se da tras recibir un oficio de la Secretaría de Medio Ambiente del gobierno de Veracruz, fechado el 3 de junio pero recibido “vía correo electrónico”, el martes 9, en el que establece un término de 30 días para que el ayuntamiento de Nanchital presente un “proyecto de mitigación y clausura de tiradero a cielo abierto donde actualmente se depositan los residuos de este municipio”.

Sedema sustenta su acción en la problemática generada por el inadecuado manejo y mala operación de los sitios de disposición final de residuos sólidos y urbanos.

Hace énfasis —oficio 212/2020— en que la operación de los espacios en que se deposita la basura puede ahondar el riesgo de incendios en la temporada de altas temperaturas.

Sedema invoca la Ley de Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y de Manejo Especial para el Estado de Veracruz, que en el artículo 29 establece diversas prohibiciones, entre ellas la de instalar tiraderos a cielo abierto.

Y puntualiza que “se deberá dar inicio al proceso para la construcción de un relleno sanitario u otra propuestas de tratamiento”.

Los afanes de la secretaria de Medio Ambiente, Rocío Pérez Pérez —célebre por el robo de un teléfono celular cuando era diputada local y por cobijar a un secretario particular, Rafael “N”, que se dedicaba al hostigamiento sexual, por lo cual fue denunciado y aprehendido—, son imponer el relleno sanitario regional.

La alcaldesa de extracción perredista va en sentido contrario. Una y otra vez, Zoila Balderas Guzmán ha reiterado su rechazo a que el relleno sanitario tenga carácter de regional —“que el relleno sanitario que nos conviene sea de carácter municipal y no regional”— y que la solución sea acorde con lo que la sociedad de Nanchital ha expresado en diversos espacios “negándose con toda la razón, a que los desechos de otros municipios de la región sean depositados en nuestra ciudad”.

Balderas Guzmán advierte en el comunicado oficial que los tiempos actuales deben ser destinados a enfrentar los efectos de la pandemia del coronavirus.

“Nuestro compromiso primordial como autoridad es el de mitigar esta pandemia, para posteriormente, atender y revisar lo concerniente a la instalación de un relleno sanitario en nuestra ciudad”, precisó.

 

NEGOCIO PARA LA FAMILIA DEL SÍNDICO Y OPC

 

Roque Ávalos Chao, hermano del síndico Enrique Fermín, aspira a ser el Rey de la Basura. Otra empresa, la de la familia Veersteeg y Arboleya, bajo la denominación Gestión Ambiental y Desarrollos Ecológicos, también.

Se cobijan en el gobierno de Veracruz emanado de Morena. Desarrollan proyectos para crear rellenos sanitarios regionales. Ofrecen dar servicio a decenas de municipios con problemas de confinamiento de residuos.

Pero el rechazo social a las ambiciones de los particulares, alcanza rango de lucha popular.

Sui géneris, el caso Nanchital. Uno de los aspirantes a Zar de la Basura es Roque Ávalos Chao, empresario ganadero, quien hoy propone el uso de un predio de su propiedad adyacente a la empresa Brasken, productora de etileno y derivados. De ese sitio extrajo grandes cantidades de tierra para la construcción de la planta industrial.

Al quedar en el terreno grandes oquedades por la tierra extraída, su propuesta es usarlas como área de confinamiento de basura, colocando membranas para evitar que los residuos líquidos (lixiviados) se filtren al subsuelo.

El predio, sin embargo, se halla a unos metros de Brasken, cerca de centros poblacionales y de arroyos, que presuponen la existencia de mantos freáticos, lo que contraviene la Ley Federal de Medio Ambiente y Equilibrio Ecológico. No cubre los requisitos para confinar desechos.

El Rey de la Basura compite con otra firma: Gestión Ambiental y Desarrollos Ecológicos, cuya cabeza visible es Ernesto Enríquez Sánchez, pero propietarios son Cornelius Veersteeg Zebadúa y Jorge Arturo Arboleya Pastrana, dueños a su vez de la firma Obras Portuarias de Coatzacoalcos, que tuvo a su cargo la construcción del túnel sumergido que no pudo concluir el proyecto y la planta de tratamiento de aguas residuales de Coatzacoalcos que perdió en un litigio y gracias al suegro del ex gobernador Javier Duarte, Jesús Antonio Macías, a la fecha sigue cobrando mensualidades en CAEV como si hubiera ganado el pleito.

Basura sucia, negocios turbios.

Nanchital produce 25 toneladas diarias de basura. La zona sur de Veracruz, mil 577 toneladas. La necesidad de confinamiento de residuos en Nanchital es de menos del 2 por ciento de lo que requiere la zona sur. Y el gobierno del estado pretende convertirlo en receptor de la basura de todos.

El actual confinamiento de residuos es un predio propiedad de la Sección 11 del sindicato petrolero.

 

EL PUEBLO SE ALEBRESTA

 

Aspirantes al reinado de la basura, ni Roque Ávalos, ni OPC, ni Gestión Ambiental y Desarrollos tienen el negocio asegurado. La respuesta social es virulenta, contestataria, tomando las calles y expresando su repudio a que el relleno sanitario sea regional.

El 25 de junio de 2019, miles de nanchitecos marcharon exigiendo respeto a su municipio, reafirmando que el relleno sanitario resuelva el problema de la disposición de residuos exclusivamente de Nanchital.

Al cabo de unos días, el repudio se generalizó. Grupos sociales pasivos, que habían mantenido una escasa participación, tomaron las calles, alzaron la voz, rechazaron ser el receptáculo de la basura de los municipios del sur.

La irritación creció con la declaración del alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, en el sentido que este municipio invertiría en el proyecto para que Nanchital fuera el asiento del relleno sanitario regional.

Una de las proclamas que más cimbró fue por qué luego de 40 años de que el predio de la Sección 11 sirviera como confinamiento de residuos domésticos, se despertó el interés del gobierno de Veracruz por hacer de Nanchital la sede de un relleno regional.

Tras el ejemplo de Chinameca, que tampoco admitió recibir la basura de Coatzacoalcos y que sacudió al gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y reventó el proyecto de procesamiento de basura de la familia Quintanilla —Arturo Quintanilla, compadre de la secretaria de Energía, Rocío Nahle—, hoy Nanchital entra de nuevo en ebullición.

Y la secretaria de los escándalos, Rocío Pérez, vuelve a embestir.

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