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A propósito del mes de junio, que se celebra la Libertad de Expresión, es menester reconocer y agradecer a quienes la practican, en bien de la población. Esos grupos sociales antagónicos a los gobiernos, que exigen la justicia como deber de gobierno. Periodistas, colectivos, asociaciones, activistas que dan parte de su vida en marchas y trabajos arduos para encontrar la solución de la problemática. Los padres de la Guardería ABC y de  los jóvenes de Ayotzinapa; los grupos periodísticos afines, en busca de la verdad; los familiares de los desaparecidos, asesinados, secuestrados, levantados. Quienes combaten de frente las injusticias y que son reprimidos. Por más que hagan, no los amainan.  Continúan su camino buscando una luz, en  la oscuridad en  que han caído Con rostros cansados y avejentados,  marchan en silencio exigiendo justicia. Ignorados por un ejecutivo omiso,  no se cansan.

*** En el infierno en que se convirtió  Veracruz, hace doce años,  los periodistas críticos  se expusieron a la furia del sátrapa, que no le gustaba se le cuestionara.  Vivieron con miedo, durante seis años, pero no cejaban en poner el dedo en la llaga. Empujaban con la verdad hasta el delirio, como el colega Mussio Cárdenas desde Coatzacoalcos, origen de los pillos familiares de la bestia. Periodistas de la capital como la amiga Claudia Guerrero, que tuvo que pedir protección al gobierno federal. Su crítica molestaba, a varios funcionarios coludidos en el saqueo.  Y otros más que de una forma u otra señalaban y por ello 19 fueron asesinados. Las redes sociales activas en la denuncia y  con memes mofándose de los trituradores. Caricaturistas que en sus trazos, lograban incidir en la sinrazón que nos abatía. La población en general, que señalaba con miedo y reserva las malas acciones de gobierno. Los taxistas esponjas de sus pasajeros, que escuchaban una y mil historias de cómo se comportaban los funcionarios públicos. Como aquella contada por un policía que afirmaba que Arturo Bermúdez,  les tenía prohibido verle directamente a los ojos. A todos ellos y más, gracias. Se logró la alternancia aun cuando…*** Los reconocimientos periodísticos se agradecen, pero más sería la ayuda real a sus verdaderas necesidades y no órganos institucionales de protección, que están invalidados de origen. Ese gasto mensual serviría, en la creación de verdaderos instrumentos para paliar las carencias básicas del gremio. *** Desde Jorge Carvallo Delfín, los gastos en el Congreso local han sido discrecionales y se manejan en total opacidad. El dinero proviene del erario público y hay que dar cuentas. En eso tiene razón la diputada Cinthya Lobato. Son cientos de millones de pesos, que cada sexenio deja a algunos  diputados convertidos en grandes empresarios. Se van más que cargados, a reciclarse a otras partes. Ojalá se logre en la Legislatura  actual, una total transparencia muy necesaria y se frene al ejecutivo en sus requerimientos monetarios, que pueden ir a las campañas o en beneficio propio,  como en otros sexenios. *** Agradecemos sinceramente, el reconocimiento otorgado por el Cabildo jalapeño. Siempre estimula al trabajo, una distinción en ese aspecto. Las atenciones por parte del alcalde Américo Zúñiga, la Sindica Michel Servín y el encargado de prensa Miguel Valera, fueron de primera. Muy bien y felicidades a todos los amigos, colegas y compañeros que también lo recibieron. *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.


 

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