Ciudad de México.- Vidulfo Rosales ha renunciado a su puesto como abogado de las familias de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa debido a motivos personales y a la falta de apoyo político y recursos, y se perfila para integrarse al equipo de trabajo de Hugo Aguilar, próximo presidente de la SCJN.
Vidulfo Rosales, reconocido defensor de derechos humanos, ha anunciado su renuncia al Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, poniendo fin a 24 años de servicio incansable en la defensa de los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. La decisión del abogado responde a razones personales y a un creciente vacío de recursos y respaldo político que ha experimentado en los últimos tiempos.
Rosales, quien se ha mantenido como una figura clave en el caso Ayotzinapa, se enfrenta a un cambio de rumbo profesional que lo acercará al ámbito judicial nacional. Se anticipa su incorporación al equipo de trabajo de Hugo Aguilar, quien asumirá la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) el próximo 1 de septiembre. Este movimineto ha generado expectativas sobre el impacto que Rosales podría tener en la política judicial del país.
A lo largo de su carrera, Vidulfo Rosales ha sido un pilar en la lucha por justicia y verdad para las familias que claman respuestas sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Su salida de Tlachinollan representa un punto de inflexión en un caso que, a pesar de los años, sigue sin resolverse, y plantea interrogantes sobre el futuro de los esfuerzos legales en favor de los afectados.
En el contexto de su nueva posición, el abogado Rosales podría jugar un rol fundamental en la renovación de estrategias dentro de la Suprema Corte de Justicia, especialmente en un momento crítico en el que el sistema judicial enfrenta crecientes demandas de transparencia y equidad. La adhesión de Rosales al equipo de Hugo Aguilar podría ser una ventaja estratégica en la agenda judicial reformista planeada para los próximos años.
