
El virtual presidente electo, Donald Trump, durante una reunión con la bancada republicana en la Cámara de Representantes, el 13 de noviembre de 2024, en Washington. (Allison Robbert/Pool vía AP, Archivo)
ESPECIAL
Ciudad de México.- La política comercial de Donald Trump vuelve a tomar el camino de la confrontación. En un anuncio sorpresivo, el presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva que impone aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, en un movimiento que revive las tensiones económicas con México y Canadá.
La medida, que entrará en vigor el 12 de marzo, no contempla excepciones para los socios comerciales de Washington, aunque Trump dejó entrever que Australia podría quedar fuera.
Un déjà vu del 2018
Trump echa mano nuevamente de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial, la misma que utilizó en 2018 para justificar las restricciones a las importaciones de metales bajo el argumento de la “seguridad nacional”. Aquella vez, los aranceles provocaron represalias de la Unión Europea y China, que aplicaron tarifas a productos icónicos de Estados Unidos, desde motocicletas Harley-Davidson hasta el bourbon de Kentucky.
Ahora, la diferencia es que el mandatario ha ido más lejos, incluyendo productos terminados en la lista de bienes gravados. Esto afectará desde automóviles hasta marcos de ventanas y estructuras de rascacielos, en una jugada que golpea de lleno a los exportadores mexicanos y canadienses.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) ya reaccionó, advirtiendo que la medida de Trump desestabiliza la relación comercial con México, un país que, irónicamente, mantiene un superávit en el comercio de acero con Estados Unidos.
México, otra vez en la mira
El anuncio cayó como un balde de agua fría para la industria mexicana. Durante la administración de Joe Biden, el acero mexicano había logrado librarse de estos aranceles, gracias a acuerdos dentro del T-MEC. Ahora, con el regreso de Trump al poder, la incertidumbre resurge.
El gobierno de Claudia Sheinbaum aún no ha emitido una postura oficial, pero desde la Canacero ya han pedido que se establezca un canal de diálogo con Washington para defender los intereses del sector.
Mientras tanto, la Casa Blanca sigue apostando por el proteccionismo extremo. Funcionarios de alto nivel justificaron la decisión afirmando que otros países han abusado de las excepciones previas y que esta vez no habrá concesiones.
Los aranceles, sin embargo, no solo golpearán a los exportadores mexicanos. También tendrán un impacto directo en los precios para los consumidores estadounidenses, pues el acero es clave en sectores como la construcción y la industria automotriz.
¿Qué sigue?
Trump no ha terminado. Su administración adelantó que en los próximos días se anunciarán nuevas medidas arancelarias contra países con los que Estados Unidos mantiene déficits comerciales significativos.
El presidente ha dejado claro que su objetivo es imponer “condiciones de igualdad”, aunque sus medidas han sido interpretadas más como un retorno a la guerra comercial que desató durante su primer mandato.
El golpe está dado. Ahora, el reto para México será reaccionar a tiempo.