
Ciudad de México.- La entrega de 29 narcotraficantes a Estados Unidos, entre ellos Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Treviño Morales, no fue solo un acuerdo bilateral: fue una respuesta directa a la presión de la administración de Donald Trump, que ordenó tratar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
El mensaje de la Casa Blanca fue claro: negociar desde una posición de fuerza. La orden ejecutiva 14157, firmada por Trump, aceleró la extradición de criminales que antes permanecían intocables en México. Desde Washington, el fiscal general adjunto interino, Emil Bove, lo dejó en claro:
“Las acciones de hoy son consecuencia de una Casa Blanca que negocia desde una posición de fuerza y de un Fiscal General que está dispuesto a liderar el Departamento con coraje y ferocidad”.
“Este Departamento de Justicia está dedicado a destruir los cárteles y las pandillas transnacionales”, agregó.
El peso de la extradición
El Departamento de Justicia de EE.UU. destacó que los 29 acusados enfrentarán cargos en distintos distritos del país por narcotráfico, lavado de dinero, homicidio y conspiración criminal. Entre los extraditados están figuras clave de los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Zetas y La Familia Michoacana.
El traslado ocurrió bajo estrictas medidas de seguridad. Los reos fueron llevados del penal del Altiplano y otras cárceles federales al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), desde donde partieron a ciudades como Nueva York, Chicago, Houston y Washington, D.C..
Caro Quintero, el golpe simbólico
Dentro de la lista, un nombre destaca sobre el resto: Rafael Caro Quintero. La DEA lo tenía en la mira desde hace décadas por su presunta participación en el asesinato del agente Enrique “Kiki” Camarena en 1985.
“Este momento es extremadamente personal para los hombres y mujeres de la DEA”, dijo Derek S. Maltz, administrador interino de la agencia. “Caro Quintero desató la violencia, la destrucción y la muerte. Hoy, finalmente, la justicia lo alcanzó.”
¿Terrorismo y pena de muerte?
El comunicado del Departamento de Justicia también dejó abierta la posibilidad de que algunos extraditados sean acusados bajo la categoría de terrorismo y, en ciertos casos, puedan enfrentar la pena de muerte, de acuerdo con la orden ejecutiva 14164 firmada por Trump.
Entre los extraditados destacan: Antonio Oseguera Cervantes, “Tony Montana”, operador financiero del CJNG y hermano de El Mencho; Martín Sotelo, presunto asesino del alguacil adjunto Ned Byrd en 2022, y Lucio Hernández Lechuga, alias “El Lucky”, y Ramiro Pérez Moreno, altos mandos de Los Zetas.
México cede ante la presión de Trump
La extradición masiva deja ver un mensaje claro: la administración de Andrés Manuel López Obrador cedió ante la política de línea dura de Trump. Hasta ahora, muchos de estos criminales permanecían en prisiones mexicanas sin ser enviados a EE.UU., pero la orden ejecutiva 14157 cambió el panorama.
El FBI lo resumió de forma contundente: “La era de dañar a los estadounidenses y andar libres ha terminado.”