Washington, DC.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el cierre total de la frontera sur a los migrantes indocumentados, alegando que el país enfrenta una “invasión”. La medida, anunciada mediante una proclama oficial, refuerza el endurecimiento de su política migratoria y reduce significativamente las posibilidades de acceso al territorio estadounidense para quienes cruzan de manera irregular.
La Casa Blanca difundió un comunicado titulado: “Donald J. Trump protege a los Estados Unidos cerrando la frontera a los ilegales mediante una proclama”. En él se detalla que el mandatario ha firmado una orden ejecutiva que suspende el ingreso de personas extranjeras que, según la administración, forman parte de una “invasión” a través de la frontera con México.
Cierre total y medidas inmediatas
Según el documento, Trump ha instruido a los departamentos de Seguridad Nacional, Justicia y Estado a implementar de forma inmediata medidas para “repeler, repatriar y expulsar” a cualquier migrante que intente ingresar sin documentos legales.
Además, la orden restringe el acceso al asilo y otras protecciones legales, argumentando que estas figuras jurídicas han sido utilizadas para prolongar la permanencia de millones de personas que ingresaron al país de manera irregular.
El presidente subrayó su postura en declaraciones incluidas en la proclama:
“La inmigración ilegal afecta profundamente las vidas de los estadounidenses. Perjudica a los trabajadores, recarga los sistemas de asistencia social, pone en riesgo la seguridad pública y ejerce una enorme presión sobre nuestras escuelas, hospitales y comunidades. Esta crisis nos cuesta miles de millones de dólares cada año, y tomaré todas las medidas necesarias para proteger a nuestro país.”
Una estrategia con base legal
La Casa Blanca ha fundamentado su decisión en la sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que permite al presidente restringir la entrada de extranjeros si su ingreso se considera perjudicial para los intereses de Estados Unidos.
El enfoque también trae ecos del Título 42, invocado durante la pandemia de Covid-19 para limitar la migración por motivos de salud pública. En esta ocasión, el gobierno vuelve a citar preocupaciones de seguridad nacional y salud para justificar las expulsiones inmediatas.
Promesa de campaña y tensiones internacionales
Con esta medida, Trump cumple una de las promesas centrales de su campaña para las elecciones de 2024, cuando aseguró que “sellaría la frontera desde el primer día” de su mandato. El cierre total refuerza su agenda de mano dura contra la inmigración irregular, un pilar de su discurso político.
No obstante, analistas alertan que esta decisión podría intensificar las ya tensas relaciones diplomáticas con México y otros países de la región, además de plantear desafíos legales y humanitarios significativos. Organizaciones de derechos humanos y especialistas han señalado que el cierre de la frontera podría exacerbar la crisis de migrantes varados en los países vecinos y provocar una serie de demandas legales contra la administración.
El anuncio marca un nuevo capítulo en el manejo de la migración por parte de Trump, cuyas políticas siguen polarizando a la opinión pública dentro y fuera de Estados Unidos.