
* La víctima fue impactada por una embarcación mientras practicaba pesca submarina; la FGE investiga el caso
Coatzacoalcos, Ver.— La búsqueda terminó con una escena desgarradora. Después de casi 20 horas de rastreo, elementos de la Secretaría de Marina localizaron el cuerpo sin vida de José Roberto Peralta Blanco, el buzo que desapareció tras ser embestido por una embarcación en la bocana del río Coatzacoalcos.
El accidente ocurrió la tarde del 12 de febrero, cuando el hombre de 44 años practicaba pesca submarina cerca de las escolleras. De acuerdo con testigos, la víctima se encontraba sumergida a gran profundidad cuando una embarcación, aún no identificada, lo golpeó violentamente. Desde entonces, no se supo más de él.
Desesperación y angustia
Desde las primeras horas del jueves 13 de febrero, su padre, Armando Peralta, permaneció en el faro del puerto, siguiendo de cerca las labores de búsqueda de su hijo. El operativo, coordinado por la Marina y Protección Civil, se extendió por varias horas hasta que, a las 12:15, el coordinador regional de Protección Civil, Óscar Sarracino, confirmó la peor noticia: el cuerpo había sido localizado.
José Roberto no era solo un aficionado del buceo; además de ser ingeniero electromecánico, desde pequeño había desarrollado una profunda pasión por la pesca submarina. Su padre, visiblemente afectado, relató que era una actividad que lo llenaba de vida, pero que esta vez le costó la suya.
Investigación en curso
Mientras la familia enfrenta el duelo, las autoridades han iniciado una investigación para determinar la responsabilidad del incidente. La Fiscalía General del Estado (FGE) abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y localizar a la embarcación involucrada.
El cuerpo de José Roberto fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se le practicarán los estudios correspondientes para determinar la causa exacta de su fallecimiento.
Por ahora, la tragedia deja muchas preguntas sin respuesta y un vacío irreparable entre quienes conocieron al hombre que convirtió el mar en su segunda casa.