
Minatitlán, Veracruz. El dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, fue increpado en plena calle por militantes inconformes con la imposición de candidaturas en Sayula de Alemán. En un video que circula en redes sociales, se escucha claramente el reclamo: “¿Te llegaron al precio?”.
La acusación vino de Modesta Clemente Vicente, quien asegura que le arrebataron la candidatura a la alcaldía de Sayula de Alemán para entregársela a Mirna Adriana Rufino Martínez, tía de la actual presidenta municipal, Lorena Sánchez Vargas.
La escena ocurrió en Minatitlán, donde Ramírez Zepeta se encontraba en un evento. Visiblemente molesto, respondió: “No me insultes, hay que tener respeto. Si usted tiene una prueba de que me llegaron al precio, demándeme, denúncieme”.
Nepotismo en la 4T
Según Modesta Clemente, ella contaba con el respaldo de la presidenta nacional de Morena, María Luisa Alcalde, quien supuestamente le otorgó el nombramiento como promotora de la Cuarta Transformación desde el 21 de marzo. Incluso se había registrado como candidata el pasado 4 de abril.
Pero algo se quebró en el camino. Clemente acusa que Ramírez Zepeta vendió la candidatura a la alcaldesa Lorena Sánchez, permitiendo así que su tía sea la abanderada de Morena, y su hermano, Eduardo Sánchez Vargas, vaya como síndico. Un combo familiar que, a decir de la exaspirante, representa todo lo que el partido dice combatir.
“Yo no doy constancias, ¿ya fue a México?, ¿qué le dijeron allá?”, lanzó Ramírez Zepeta antes de retirarse escoltado, mientras Modesta le reclamaba a gritos la traición y el reparto de candidaturas entre familiares.
Morena y sus contradicciones
El caso ha encendido los ánimos dentro de las bases morenistas en el sur de Veracruz, donde acusan que se están repitiendo viejas prácticas priistas: dedazos, imposiciones y acuerdos en lo oscurito.
Modesta Clemente afirma que fue presionada para apoyar a la tía de la alcaldesa a cambio de prebendas, pero se negó. El castigo, dice, fue dejarla fuera de la contienda.
La escena, grabada y compartida por asistentes, muestra a un dirigente sin respuestas claras, defendiendo decisiones cuestionadas mientras el discurso de “no mentir, no robar, no traicionar” se queda corto frente a los hechos.