Ciudad de México.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha revelado que su seguridad es resguardada por un equipo modesto de diez personas, tras haber sido agredida en un incidente el martes pasado, contrastando con administraciones anteriores que contaban con miles de agentes para la protección presidencial.
El incidente, donde un hombre en estado de ebriedad intentó besar y abrazar a la mandataria y terminó tocándoles sus partes íntimas, ha puesto en foco la estrategia de seguridad presidencial actual. En un evento celebrado en Nayarit, Sheinbaum recordó que anteriormente el Estado Mayor Presidencial, un cuerpo de élite que protegía al presidente de México, contaba con alrededor de ocho mil soldados. “Nosotros no andamos con parafernalias”, afirmó enfáticamente.
El suceso ha desatado una ola de indignación en todo el país, poniendo de relieve los preocupantes niveles de violencia sexual y agresión hacia las mujeres, incluso contra la mayor figura del poder político en México. La presidenta presentó una denuncia formal y expresó que su decisión es parte de un mensaje de fortaleza y solidaridad hacia otras mujeres que han sido víctimas de abusos, subrayando la necesidad de una respuesta institucional decidida.
El contexto de esta agresión ocurre en un México donde el 70% de las mujeres han sido víctimas de violencia alguna vez en su vida, incluyendo la violencia sexual, psicológica, y física. Aun cuando las cifras oficiales son alarmantes, se estima que existe una cifra negra del 90% de casos que no son denunciados, lo que representa un desafío significativo para las políticas de protección y justicia en el país. Estas revelaciones alimentan el debate sobre la falta de mecanismos de protección y el alcance de las reformas necesarias para enfrentar esta crisis.
