Ciudad de México.- La Conferencia del Episcopado Mexicano alza la voz contra la creciente violencia, desapariciones y extorsiones en México, contradiciendo el discurso oficial de disminución del crimen y llamando a la protección de las familias y al trabajo conjunto en busca de soluciones.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha emitido un contundente comunicado sobre los “tiempos difíciles” que atraviesa el país, describiendo un panorama donde la violencia, las desapariciones y la extorsión son una cruda realidad a pesar de las afirmaciones oficiales de disminución del crimen. Monseñor Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y presidente de la CEM, cuestionó los logros difundidos por el gobierno en cuanto a justicia y economía, enfatizando que mientras la retórica oficial asegura mejoras, la realidad en las calles es muy diferente.
Monseñor Castro alertó sobre la normalización de las extorsiones, el desplazamiento de comunidades, la falta de perspectivas entre los jóvenes y los peligros constantes que enfrentan los migrantes. Este pronunciamiento ocurre tras la Asamblea CXIX de obispos y busca responder al dolor que enfrenta la nación ante la inseguridad. Expresó su solidaridad con las víctimas, incluyendo a sacerdotes y agentes de pastoral que han sufrido las consecuencias de la violencia.
El mensaje, aunque crítico, invita a la unidad y al amor por México, instando a proteger y reforzar las estructuras familiares que consideran el corazón de la sociedad. Bajo esta premisa, la Iglesia expresa su voluntad de trabajar en conjunto con todas las personas y organizaciones que deseen el bienestar para la nación, al tiempo que sostiene que la fe y el amor divino son más fuertes que cualquiera de los desafíos actuales.
Como reacción a las declaraciones del Episcopado, el mensaje de esperanza prevalece. Monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de México, invita a perseverar en la fe, asegurando que, a pesar del sufrimiento, existen motivos para la esperanza. Reitera que el camino hacia un México mejor requiere unir esfuerzos para construir una realidad más justa, en línea con los ideales cristianos de paz y solidaridad con el prójimo.
