MUSSIO CÁRDENAS
Coatzacoalcos, Ver.- Sacudida por la violencia, las masacres, los secuestros, los desatinos y sus exabruptos, Norma Rocío Nahle García, gobernadora de Veracruz, se desplomó hasta el último lugar en el ranking nacional de mandatarios estatales, según la encuesta de Demoscopía Digital, difundida por el periódico La Jornada.
La gobernadora, oriunda de Zacatecas pero que llegó a la gubernatura jarocha en medio de una polémica por incumplir el requisito de ser nativa del estado como establece la Constitución local, cayó del primer sitio, en enero, al lugar 32, en julio.
La medición estuvo a cargo de Demoscopía Digital, bajó patrocinio del diario de corte obradorista, La Jornada, que reveló que a Norma Rocío Nahle García sólo la aprueba el 39.7 por ciento de los veracruzanos.
Nahle García resultó peor evaluada que el gobernador de Tabasco, Javier May, quien enfrenta una crisis política por la violencia desbordada y el escándalo protagonizado por las ligas del senador y ex gobernador Adán Augusto López Hernández con quien fuera secretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena, ligado al cártel La Barredora, al que se atribuyen delitos que van del robo de combustible, o sea huachicol, tráfico de drogas y trata de personas.
La gobernadora Nahle García va por esa misma ruta. Los hechos de sangre la rebasan. Hay ejecuciones, desmembrados, decapitados, extorsión al máximo, políticos asesinados, ex funcionarios del gobierno morenista de Cuitláhuac García Jiménez, su antecesor, vinculados a grupos delincuenciales pero impunes, ataques que drones y atentados con bombas molotov.
El desplome en la preferencia ciudadana se veía venir. Una vez que se observó su manera de gobernar, de enfrentar los problemas, de escuchar su narrativa ante las demandas de la sociedad, la ciudadanía le retiró el apoyo.
En enero pasado, la medición de la encuestadora Rubrum le fue sobradamente favorable. Obtuvo el mejor porcentaje de aceptación.
En febrero de 2025, Reporte Índigo y Factométrica difundían que se ubicaba con 74.1 de aceptación.
En el tema de seguridad, logró 53.6 por ciento de aprobación. Rocío Nahle se hallaba en el top de los cinco gobernadores con mejor evaluación.
En lo que hace a transparencia y combate a la corrupción, la gobernadora veracruzana obtenía una calificación del 54.1 por ciento.
La misma oficina de prensa del gobierno de Veracruz emitió un comunicado en el que destacó que Rocío Nahle figuraba en el top de los mejores tres gobernadores de México.
Para abril de 2025 había cambiado la percepción, una vez que los problemas de violencia comenzaron a agudizarse y Veracruz se hallaba rankeado en el lugar 11 de 32 estados.
El desplome total ocurrió en las semanas anteriores al inicio de las campañas para renovar alcaldías. Asesinatos por todas partes, masacres en Coatzacoalcos y la congregación de Villa Allende, ejecuciones en Tuxpan, Minatitlán, Córdoba y Poza Rica.
Durante las campañas electorales asesinaron a dos candidatos de Morena, Anuar Germán Valencia, en Coxquihui, y Yesenia Lara, en Texistepec, así como el ataque a la casa de campaña de Movimiento Ciudadano en Rodríguez Clara, con saldo de la periodista Avisack Douglas muerta, el secretario de la candidata, Xóchitl Tress Rodríguez, herido y una crisis de inestabilidad política.
A eso se agrega corrupción, nepotismo, abuso de autoridad, conflicto con sindicatos magisteriales, disputa por espacios de poder entre el morenismo y la caída de Morena en las preferencias electorales, con la pérdida de la mitad del territorio veracruzano, derrota en el sur de Veracruz y resultados adversos en por lo menos 60 municipios que ya gobernaba.
Veracruz se volvió a sacudir cuando ocurrieron atentados con drones en Coxquihui, bombas molotov en Coatzacoalcos y la incesante extorsión.
El secuestro y muerte de la maestra Irma Hernández Cruz, jubilada el magisterio, quien para allegarse recursos conducía un taxi, llevaron a Rocío Nahle a un descrédito total.
Intentó suavizar la muerte de la maestra Irma Hernández diciendo que murió a causa de un infarto, luego presentó a un médico legista del que no pudo acreditar que estuviera titulado en la especialidad forense y llamó “miserables” a quienes se escandalizaban por sus desatinos, provocando una crítica generalizada por el tono altanero y soberbio con se me manejó.
El resultado es que Rocío Nahle cayó del primer lugar en la preferencia ciudadana, en enero pasado, al lugar 32 de 32 gobernadores.
