
Xalapa, Veracruz- A 24 horas de que se registrara la caída del sistema informático para el cómputo de votos en la elección de juzgadores en el estado de Veracruz, la incertidumbre y el descontento entre candidatos y simpatizantes no ha hecho más que crecer, generando fuertes cuestionamientos sobre la legalidad y transparencia del proceso.
La noche de ayer, simpatizantes de Rosalba Hernández, candidata a magistrada, se manifestaron a las afueras de las oficinas del Organismo Público Local Electoral (OPLE) para exigir que se respeten los votos emitidos, asegurando que el organismo está operando un fraude.
En el mismo sentido, otros aspirantes a cargos judiciales han expresado su inconformidad, señalando que no existe certeza sobre la integridad de los paquetes electorales ni garantías de que no se estén utilizando las horas de retraso para manipular boletas en favor de los candidatos respaldados por el poder judicial.
Los inconformes acusan que el llamado “acordeón” distribuido por el propio poder judicial con los nombres de sus candidatos preferentes podría estar sirviendo como guía para alterar los resultados, lo cual agrava las sospechas sobre un proceso ya de por sí opaco.
La participación directa de la magistrada presidenta del Poder Judicial Lisbet Aurelia Jiménez, en la contienda ha intensificado los señalamientos de parcialidad, pues ese poder ha operado abiertamente en favor de su grupo de interés. El OPLE, por su parte, ha evidenciado su limitada capacidad para resolver la falla de su sistema informático, lo que compromete gravemente la legalidad del proceso. La falta de certeza en el cómputo ha llevado a actores políticos y judiciales a anticipar que los resultados, cualquiera que sean, serán impugnados ante tribunales.