Coatzacoalcos, Ver.— El hallazgo de una mini refinería clandestina en la zona industrial de Coatzacoalcos volvió a encender las alarmas sobre la red de robo de hidrocarburos que opera en México con la complicidad de funcionarios, cárteles del narcotráfico y ex trabajadores de Pemex. La planta, descubierta el pasado 18 de junio en un operativo federal, refinaba diariamente hasta 33 mil 333 barriles de crudo robado, casi la mitad de la producción actual de la refinería Olmeca, en Dos Bocas.
De acuerdo con información difundida por el periódico El Imparcial, autoridades federales señalaron que la instalación funcionaba bajo la razón social “Energía Ecorenovable S.A. de C.V.”, una empresa fachada supuestamente dedicada al reciclaje de residuos peligrosos. Sin embargo, lo que se realizaba en su interior era la destilación ilegal de combustible, con procesos rudimentarios y sin permisos de la Secretaría de Energía (Sener) ni de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Según fuentes federales, señala el diario, la planta llevaba operando más de cuatro años, de forma nocturna y con personal mínimo, entre cinco y diez personas por turno. Las cifras de producción, según los reportes preliminares, oscilaban entre 16 mil 667 y 33 mil 333 barriles por día, volumen que representa más del 40% de lo que actualmente produce Dos Bocas, lo que implica un golpe económico multimillonario al erario público.
Expertos en hidrocarburos aseguran que esta infraestructura —ubicada en un predio deforestado sin autorización ambiental— es parte de una red de “refinerías pirata” conectadas con el huachicol y la delincuencia organizada, mismas que han evolucionado del simple saqueo de ductos a la producción de combustibles adulterados. El producto, principalmente diésel artesanal y nafta ligera, era mezclado con aditivos para su comercialización ilegal.
El impacto económico, según estimaciones de organismos federales, se calcula en hasta 9 mil millones de dólares anuales en pérdidas para el país. A esto se suma el daño ambiental por emisiones no controladas y residuos tóxicos vertidos en cuerpos de agua cercanos.
Mientras tanto, la refinería Olmeca, en Dos Bocas —uno de los proyectos insignia de la administración de Andrés Manuel López Obrador— continúa su arranque técnico tras múltiples retrasos. Su meta es producir 170 mil barriles diarios en su primera etapa, aunque los informes de Pemex indican que aún opera por debajo de su capacidad.
La Fiscalía General de la República (FGR) ha iniciado una carpeta de investigación sobre esta instalación en Coatzacoalcos. Hasta el momento no se han reportado detenciones, pero las autoridades señalaron que están tras la pista de redes empresariales fantasma y operadores ligados a grupos criminales del sur de Veracruz y Tabasco.
Este hallazgo, afirman funcionarios federales, confirma que el negocio del huachicol ya no se limita al robo de ductos, sino que se ha transformado en un esquema de producción, distribución y lavado de dinero, con estructuras empresariales sofisticadas y cobertura legal.
