Ciudad de México – El gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, respondió este viernes a los reportes de medios estadounidenses que aseguran que México habría rechazado el aterrizaje de un avión militar de Estados Unidos con migrantes deportados. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) evitó confirmar o desmentir directamente el incidente, pero reiteró su disposición de recibir únicamente a personas de nacionalidad mexicana.
“Tratándose de repatriaciones, siempre aceptaremos la llegada de mexicanas y mexicanos a nuestro territorio con los brazos abiertos. México te abraza”, señaló la Cancillería en un comunicado breve, tras la publicación de NBC News que informó sobre el rechazo al vuelo, en el marco de la política de deportaciones masivas implementada por la nueva administración de Donald Trump.
Tensión en el inicio del segundo mandato de Trump
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, calificó el incidente como un “asunto administrativo rápidamente resuelto” y destacó en redes sociales que México recibió cuatro vuelos de deportados el jueves, cifra que describió como “récord”.
Sheinbaum, por su parte, ha sido clara en su postura contra el plan “Quédate en México”, que Trump reactivó al inicio de su segundo mandato. La mandataria ha reiterado que su gobierno no permitirá la reanudación de este programa, que en su primera etapa obligó a miles de solicitantes de asilo de terceros países a esperar en territorio mexicano mientras se resolvían sus casos en las cortes de EE UU.
“México no será el patio trasero de nadie”
Durante su campaña, Sheinbaum prometió una política migratoria que priorizara los derechos humanos y cuestionó las decisiones de administraciones anteriores, particularmente la del expresidente Andrés Manuel López Obrador, que permitió el establecimiento del programa “Quédate en México”.
Organizaciones internacionales y activistas han criticado severamente el impacto de estas políticas, que según informes han expuesto a los migrantes a condiciones precarias y situaciones de violencia en la frontera.
La postura del gobierno mexicano ocurre en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas entre ambos países, mientras Trump intensifica su retórica contra la migración irregular, describiéndola como una “invasión” y anunciando medidas más agresivas para reducir el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
“Cooperación, pero con soberanía”
La SRE subrayó que México mantiene una relación de respeto y cooperación con Estados Unidos en temas migratorios, pero dejó claro que no está dispuesto a aceptar deportaciones de personas que no sean de nacionalidad mexicana.
El manejo de esta nueva etapa de la relación bilateral será una prueba clave para el gobierno de Sheinbaum, que deberá equilibrar la presión ejercida desde Washington con la defensa de los derechos de los migrantes y la soberanía mexicana.