Esta primera falla no registró, afortunadamente, personas lesionadas, pero es una importante llamada de atención sobre lo que sucede con el tren
El gran proyecto insignia del sexenio pasado, que consumió naturaleza, recursos y atención del gobierno federal a costa de muchas otras verdaderas prioridades, tuvo su primera falla evidente, un descarrilamiento —ahora llamado “percance de vía”— que el régimen trata por todas las vías de minimizar.
Esta primera falla no registró, afortunadamente, personas lesionadas, pero es una importante llamada de atención sobre lo que sucede con el tren, sobre todo un recordatorio de que debe haber transparencia y trabajar para que este tipo de sucesos no ocurran de nuevo.
Lo que pasó con el tren debe ser aclarado, atendido y corregido, sin que se descuide todo lo demás: la atención a las prioridades de la ciudadanía que está necesitada de que el suministro de medicamentos funcione correctamente, de que la atención a la salud sea la adecuada, de que no solo se dependa de una beca oficial para sobrevivir.
La atención sobre cómo funcionan los organismos públicos también pasa por las relaciones internacionales, como la relación con el país vecino del norte que se tensa cada vez más, aunque en el camino se le vaya cediendo como ofrenda la custodia de delincuentes mexicanos, o que se interprete de otra forma la “colaboración” entre autoridades de seguridad.
Y mientras tanto, la agenda pública de nuestro país también marca el próximo inicio de un nuevo periodo de sesiones de las Cámaras legislativas, y con él las prioridades de cada fuerza política.
Las prioridades naranjas son mantener la batalla por la dignidad de las personas en México, defendiendo los derechos de cada una de ellas, y las oportunidades para que nuestras juventudes puedan alcanzar el desarrollo que merecen.
En primer lugar, que se materialice lo que ya se ha logrado, por ejemplo, el aumento a los salarios, que ya está aprobado, pero no ha sido publicado para que se reciba en el bolsillo de los trabajadores, porque no ha querido hacerlo la mayoría oficialista.
Lograr que en México el acceso a una vivienda digna sea realidad, tanto como el derecho a la movilidad. Basta de ciudades hechas únicamente como espacios fríos sin oportunidades para todas las personas.
Seguimos luchando porque todas las personas tengan un salario digno, y que la jornada laboral de 40 horas sea una realidad. Son metas que queremos alcanzar, para que en nuestro país sean derechos que ayuden a una mejor calidad de vida.
A nivel personal, también me he planteado el propósito de lograr cada día mejores condiciones de igualdad laboral para todas las personas porque, según mediciones oficiales, en nuestro país el ingreso salarial de los hombres es mucho mayor que el de las mujeres, incluso entre quienes cuentan con posgrados de estudio, y en todos los segmentos de edad.
Es una batalla ardua, que implicará mucho tiempo y esfuerzo, pero es una batalla que debemos luchar, es lo que nos corresponde generacionalmente para mejorar las condiciones de vida de quienes vienen por delante, como hicieron tantas personas precursoras que nos ayudaron a alcanzar nuestras metas. Ese será el faro que guíe nuestras acciones.
@IvonneOP
Coordinadora de MC en la Cámara de Diputados
EL HERALDO DE MÉXICO
