Ciudad de México.- La tensión en Medio Oriente escaló este lunes tras confirmarse que Irán lanzó una serie de ataques con misiles contra instalaciones militares de Estados Unidos en Qatar e Irak, en respuesta directa a los recientes bombardeos estadounidenses contra sitios vinculados a su programa nuclear.
Desde Teherán, la televisión estatal confirmó el inicio de la Operación Bendición de Fatah, que incluyó el disparo de al menos diez misiles hacia territorio qatarí, específicamente contra la base aérea de Al-Udeid, donde operan fuerzas del Mando Central estadounidense. Otro misil habría sido lanzado contra Irak, según reportes del portal Axios, citando a un funcionario israelí.
En Doha, las alarmas no tardaron en sonar. Las defensas antiaéreas se activaron y lograron interceptar los proyectiles, de acuerdo con videos difundidos en redes sociales. No se reportan víctimas hasta el momento, aunque el impacto político ya se siente.
Qatar suspendió temporalmente el tráfico aéreo como medida de precaución. El Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que se trató de una acción para salvaguardar a ciudadanos, residentes y visitantes. En paralelo, condenó lo que calificó como una “flagrante agresión” iraní y advirtió que se reserva “el derecho a responder”.
En Washington, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, se encuentran reunidos en la Sala de Crisis. Se espera que el presidente Donald Trump encabece una sesión de emergencia a las 13:00 horas, tiempo local.
Los ecos del ataque alcanzaron también a Irak, donde Estados Unidos mantiene al menos dos grandes aeródromos —Al Harir y Al Asad— y varios puestos de avanzada. El Pentágono confirmó que monitorea una amenaza “creíble”, pero no ha reportado bajas ni daños materiales.
El régimen iraní afirmó que el número de misiles lanzados equivale a los utilizados por Estados Unidos en sus recientes incursiones, y dejó entrever que podría estar dispuesto a reducir la tensión si cesan los ataques.
Mientras tanto, el personal diplomático estadounidense en Qatar y Bahréin ha sido puesto bajo resguardo. La incertidumbre se apodera de la región, y las señales de una escalada mayor obligan a la comunidad internacional a mirar de nuevo hacia el Golfo Pérsico.
La guerra sigue creciendo. Las amenazas siguen en el aire. Y en medio de todo, los misiles ya no son simulacro.
