Ciudad de México.— La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, recibió este miércoles en Palacio Nacional al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en un encuentro que duró una hora y 38 minutos y que estuvo acompañado de un fuerte dispositivo de seguridad.
La reunión, marcada por la formalidad de los discursos oficiales y por protestas ciudadanas en las inmediaciones del recinto, se centró en la definición de la política de seguridad conjunta entre ambos países.
A las 9:50 de la mañana, el canciller Juan Ramón de la Fuente dio la bienvenida a Rubio, considerado la mano derecha del presidente estadounidense Donald Trump. El acceso a Palacio estuvo resguardado por camionetas blindadas y personal del Servicio Secreto, en una operación que buscó blindar la visita de alto nivel.
En paralelo, grupos de ciudadanos se manifestaron en la calle Corregidora con pancartas en las que pedían la intervención de Estados Unidos en el combate al crimen organizado en México. Entre las consignas se leía: “¡SOS Marco Rubio!” y “¡No a la narco democracia!”.
Sheinbaum había anticipado que sería un encuentro “cordial” y subrayó que la cooperación bilateral debía darse bajo los principios de soberanía, reciprocidad, responsabilidad compartida y confianza mutua. La mandataria mexicana quiso dejar claro que no habría cesiones en la defensa del territorio nacional.
En el Salón Leona Vicario participaron también Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación; Omar García Harfuch, titular de Seguridad; Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte; y el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina. Por parte de Estados Unidos, estuvo presente el embajador Ronald D. Johnson, considerado clave en los recientes ajustes de la relación bilateral.
El eje del encuentro fue la puesta en marcha del Programa de Cooperación sobre Seguridad Fronteriza y Aplicación de la Ley, un mecanismo que busca enfrentar delitos transnacionales, con énfasis en el combate al crimen organizado, el tráfico de armas y la migración irregular.
A las 11:38 de la mañana concluyó la reunión sin declaraciones públicas de los participantes. No obstante, la salida de la comitiva estadounidense dejó entrever la intención de ambos gobiernos de proyectar firmeza en su cooperación en seguridad, pese a las tensiones políticas y sociales que acompañaron la visita.
La llegada de Marco Rubio a Palacio Nacional deja una estampa compleja: diplomacia de alto nivel, símbolos de poder y un telón de fondo de protestas que revelan la persistente fractura entre la agenda oficial y el sentir ciudadano.
