Ciudad de México.— La diputada federal Diana Karina Barreras, del Partido del Trabajo, solicitó públicamente al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) reconsiderar la sanción impuesta a la ciudadana Karla Estrella Murrieta, quien debe publicar disculpas públicas durante 30 días por incurrir en violencia política de género. La legisladora argumentó que una sola disculpa fue suficiente y que su intención nunca fue humillar ni silenciar, sino recibir el reconocimiento de la agresión.
“Desde la primera vez fue suficiente”, señaló la legisladora en un mensaje difundido en redes sociales, donde también aseguró que ni siquiera necesitaba que la disculpa fuera pública. “Lo que se dijo sobre mí jamás se habría dicho de un hombre. Históricamente, el argumento de que los logros de las mujeres son producto de ‘estar casadas con alguien’ ha sido una forma de borrar nuestros méritos”.
El caso ha desatado un debate entre la libertad de expresión y el derecho a vivir sin violencia simbólica, en un contexto político donde ambos principios se enfrentan en redes sociales sin espacio claro para la conciliación.
La resolución del TEPJF se deriva de un mensaje publicado por Karla Estrella en febrero de 2024, donde sugirió que la candidatura de Barreras fue producto de presiones del entonces presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, con quien la legisladora mantiene una relación. “Así estaría el berrinche de Sergio para que incluyeran a su esposa, que tuvieron que desmadrar las fórmulas…”, escribió en la red X (antes Twitter).
Tras recibir una sentencia favorable, Barreras aseguró que no buscaría castigo adicional. “No necesito que ella se disculpe más”, dijo. Sin embargo, el fallo del Tribunal ordenó que Karla Estrella publicara un mismo mensaje durante 30 días consecutivos. En estos mensajes, la identidad de la legisladora se mantiene oculta bajo el alias “DATO PROTEGIDO”, lo que ha derivado en una serie de burlas, memes y un efecto contrario al que supuestamente pretendía la resolución.
“Cierro este capítulo desde la serenidad de quien actuó con respeto”, escribió Barreras. “De haber puesto un límite sin renunciar al diálogo”. Agradeció que se haya reconocido el daño causado, pero insistió en que extender la sanción resulta innecesario y que su objetivo fue siempre visibilizar la violencia estructural, no castigar a quien la replicó.
Karla Estrella ha defendido su publicación inicial señalando que su crítica no fue motivada por el género, sino por la práctica de nepotismo dentro de todos los partidos políticos. “No es porque sea mujer, es por el vínculo”, afirmó en entrevista, señalando que en México “hay familias completas rotando entre cargos públicos”.
El caso se ha convertido en símbolo de una tensión creciente dentro del discurso feminista institucional: cómo sancionar la violencia sin menoscabar el derecho a la crítica política. El uso reiterado de un mensaje impuesto por mandato judicial, con una identidad censurada, ha dado lugar a un escenario ambiguo en el que la justicia electoral parece desentonar con el ánimo ciudadano.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum ha dejado claro que no respaldará a nadie vinculado con delitos o prácticas indebidas, pero también ha llamado a mantener el equilibrio entre los derechos fundamentales. En ese espíritu, la postura de la diputada Barreras podría ser leída como un intento de restablecer el tono en un debate que se volvió ruido.
