Ciudad de México.- Informes de inteligencia militar desde 2021 revelan que Los Viagras, grupo criminal vinculado a la extorsión de limoneros en Michoacán, mantienen relaciones sólidas con figuras políticas locales, siendo la reciente detención de Rigoberto López Mendoza un reflejo de la influencia delictiva en la región.
Desde 2021, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) monitorea estas conexiones, pero la impunidad persiste en la región.
Rigoberto López Mendoza, acusado de orquestar el homicidio de Bravo Manríquez, es parte del grupo liderado por Nicolás Sierra Santana, alias el Coruco. Este último controla las extorsiones en Tierra Caliente y ha estado relacionado con Anabel Bedolla Marín, familiar del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, evidenciando una preocupante colusión entre crimen organizado y política local.
La influencia delictiva se extiende a través de figuras como César Alejandro Sepúlveda Arrellano, alias el Botox, quien ha extorsionado a productores de limón bajo la protección de políticos como Sergio Báez Torres. Esta red criminal llega a controlar la policía local, facilitando sus operaciones ilegales, según documentos militares.
El asesinato de Bernardo Bravo, quien lideraba en la defensa de los citricultores ante la extorsión, marcó un episodio crucial, al igual que la reciente captura de Rigoberto “N”. A pesar de estos avances, las operaciones de Los Viagras continúan extendiéndose, demostrando la necesidad urgente de romper estos vínculos de complicidad para garantizar la seguridad en Michoacán.
