Xalapa, Ver.- La lluvia no pidió permiso. La tarde de este sábado, una tormenta intensa azotó la zona metropolitana de Xalapa. En minutos, calles, casas y avenidas quedaron bajo el agua. El fraccionamiento Valle Real, al sur de la capital, fue uno de los más golpeados. También La Estanzuela, en el municipio vecino de Emiliano Zapata, acabó con los pies mojados y la ropa empapada.
Los arroyos se salieron de su cauce y se metieron a las casas como si fueran dueños. El agua reventó puertas, se coló por ventanas y arrastró lo que encontró: muebles, ropa, coches. En Valle Real, los vecinos intentaron contener el diluvio con tablas, cubetas y lo que tuvieran a mano. No sirvió de nada.
“Parecía río”, dice doña Clara, mientras saca el lodo de su sala con un recogedor. “El agua nos ganó. Ya no pudimos hacer nada.”
Los estacionamientos también quedaron sumergidos. Algunos vehículos fueron arrastrados por la corriente. Otros amanecieron con el agua hasta el parabrisas. La Estanzuela vivió una escena similar: el arroyo se desbordó y las casas más cercanas quedaron inundadas. Hubo bloqueos momentáneos en los caminos de acceso.
En la carretera federal Xalapa–Veracruz, a la altura de la plaza El Juguete, el agua bajó con fuerza desde la avenida Revolución Mexicana. El puente que conecta con la Central de Abastos se convirtió en un canal de aguas broncas. Los tragatormentas colapsaron. Por ahí bajaron ramas, piedras, basura, hasta troncos.
Hasta ahora, Protección Civil dice que no hay lesionados, pero los daños materiales se acumulan y no hay todavía un censo oficial. Las autoridades, como siempre, llegaron después. Prometieron limpiar, monitorear, evaluar. La gente, mientras tanto, saca agua con jarras y cubetas. Lo que no se llevaron las lluvias, lo dejó inservible el lodo.
Los pronósticos no son alentadores. El huracán Erick ya se fue, pero dejó los remanentes. Y las lluvias podrían seguir.
Las autoridades piden estar atentos a los avisos oficiales. Pero aquí, en las colonias mojadas, la gente ya aprendió que primero hay que cuidarse entre ellos, y después ver si alguien del gobierno se aparece.
