
Xalapa, Veracruz.- La auditora superior del estado, Delia González Cobos, salió a matizar sus declaraciones sobre la presencia de empresas fantasma en la administración de Cuitláhuac García, asegurando ahora que “no han sido empresas fantasma” y que sus palabras en el Congreso fueron malinterpretadas.
El giro en su postura genera dudas, pues hace apenas unos meses había sostenido lo contrario. En comparecencias previas, González Cobos señaló que se habían detectado empresas sin infraestructura, sin empleados y sin actividad real que recibieron contratos del Gobierno estatal.
Ahora, la titular del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) afirma que todo fue un malentendido y que las operaciones con estas empresas fueron “regulares”, sin irregularidades que ameriten señalamientos.
“No eran empresas fantasma, no han sido. Se logró corroborar que sí hubo operaciones regulares”, dijo este viernes tras un evento en Xalapa.
¿Rectificación o encubrimiento?
Uno de los casos más mencionados fue el de la empresa Soluciones y Milagros, fundada en 2019 y contratada por la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) por más de 4 millones de pesos.
La auditora ahora sostiene que dicha empresa sí prestó servicios y que su información puede consultarse en los registros de Transparencia.
Sin embargo, en 2024, el propio Orfis había mencionado que esta y otras empresas presentaban características típicas de firmas fachada: sin personal registrado, sin domicilio fiscal claro y con operaciones millonarias en sectores estratégicos.
González Cobos justificó el cambio de versión asegurando que el término “empresa fantasma” lo define el SAT, y que fue malinterpretada por los medios tras su comparecencia ante el Congreso local.
“Pensé que había quedado claro, pero ya vi luego que la nota dio una vuelta distinta“, dijo.
Los 300 expedientes de Cuitláhuac
Además de la polémica sobre las empresas fantasma, la auditora confirmó que el Orfis mantiene abiertos 300 expedientes relacionados con la gestión de Cuitláhuac García, aunque dijo que se trata de un proceso “natural” y que las investigaciones seguirán su curso.
El control de daños de González Cobos no ha pasado desapercibido en círculos políticos y empresariales, donde ya se cuestiona si este cambio de discurso busca proteger a funcionarios de la pasada administración de posibles sanciones.