Duarte, ¿vale como oro molido?
Me imagino a Javier Duarte, desde su escondite, a las carcajadas, viendo todo el desmadre que armó con su huída y que tiene confrontados a todos los políticos en Veracruz.
Sus carcajadas suenan fuertes, contrario a su vocecita al hablar. Las pocas veces que asistí a alguna reunión con él lo pude comprobar. Debe estar celebrando con Karime.
(A él seguramente no le afecta mucho que le hayan cortado sus cuentas bancarias porque sobrevive con poco: está acostumbrado a comer pizzas y hotdogs. Ella es la delicada y con gustos refinados.)
Si eso fuera así y si estuviera en lo cierto Carlos Loret de Mola, la sonrisa, las carcajadas le durarán poco, menos de cien días, antes del 4 de junio.