Uruapan, Mich.- La indignación crece en Uruapan tras confirmarse que Víctor Manuel Ubaldo, presunto asesino del alcalde Carlos Manzo, fue abatido bajo custodia, desatando sospechas de una ejecución extrajudicial y reclamos de justicia. Ocho escoltas y 14 elementos de la Guardia Nacional están bajo investigación, mientras los ciudadanos exigen esclarecimiento del caso.
El hecho, revelado este lunes por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, desató una oleada de sospechas y reclamos de justicia, pues el homicida habría recibido un disparo mortal cuando ya estaba bajo custodia.
“Se está investigando el porqué del abatimiento en el lugar del homicida, porque lo detienen y momentos después hay un forcejeo y un solo disparo que lo abate… eso también se está investigando”, declaró el mandatario estatal.
La versión oficial asegura que el adolescente fue capturado por elementos de la Guardia Nacional y escoltas del alcalde, pero las circunstancias de su muerte apuntan a una posible ejecución extrajudicial para impedir que revelara quiénes le ordenaron cometer el crimen.
Fuentes de seguridad confirmaron que los ocho escoltas personales de Manzo y 14 miembros de la Guardia Nacional que participaron en el operativo están bajo investigación.
El caso ha levantado sospechas de una conspiración para eliminar al sicario y encubrir a los autores intelectuales, lo que ha incrementado la tensión política en Michoacán.
Entre las líneas de investigación, una apunta hacia un grupo morenista encabezado por el senador Raúl Morón, el diputado Leonel Godoy y el exalcalde de Uruapan, Nacho Campos, con quienes Manzo mantenía fuertes diferencias políticas y denuncias previas.
El asesinato y las inconsistencias en el caso encendieron la indignación ciudadana.
Miles de personas salieron nuevamente a las calles bajo la consigna #NiUnPasoAtrás, marchando a pie, a caballo, en autos y motocicletas, para exigir seguridad, justicia y el esclarecimiento total del crimen.
La movilización, que se suma a la del pasado viernes, demuestra que Uruapan no descansará hasta conocer la verdad sobre quién ordenó asesinar a su alcalde.
Mientras tanto, la sombra de la impunidad vuelve a cubrir a Michoacán, donde la violencia política y la desconfianza hacia las instituciones parecen no tener fin.
