Rocío Nahle García, gobernadora de Veracruz, enfrenta un escándalo por el reclutamiento de Erick Núñez Albarrán, implicado en sobornos en Pemex, mientras desmiente lo ocurrido ante la presidenta Claudia Sheinbaum y la secretaria Raquel Buenrostro.
Rocío Nahle García, gobernadora de Veracruz, ha sido señalada por reclutar a Erick Núñez Albarrán, un auditor vinculado en un caso de sobornos en Pemex, negando las acusaciones ante las altas esferas gubernamentales. A pesar de las pruebas desclasificadas del Departamento de Justicia de Estados Unidos que señalan a Núñez como receptor de sobornos para manipular auditorías y contratos, Nahle insistió en su inocencia ante la presidenta Claudia Sheinbaum.
El escándalo estalló tras investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que vinculan a Núñez con sobornos que incluían dinero en efectivo, un reloj de lujo y otros beneficios. Estos actos acontecieron mientras Nahle incorporaba a Núñez como director general de Atención a Órganos Fiscalizadores en la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas de Veracruz, una posición clave para el control de recursos en obras públicas.
Raquel Buenrostro, secretaria anticorrupción, quien ha iniciado un proceso de purificación en el gobierno estatal, describió cómo, durante una consulta, Nahle negó cualquier relación laboral con Núñez en Veracruz. Sin embargo, evidencia documental expuesta por columnistas y MCCI contradice este alegato, confirmando las responsabilidades de Núñez en el gabinete de Nahle.
Este episodio se suma a una serie de controversias en el entorno de la gobernadora, quien previamente impulsó a individuos con antecedentes cuestionables, como en el caso del manejo del proyecto Dos Bocas. Las acciones de Nahle reflejan un patrón de seleccionar colaboradores opacos para funciones críticas, intensificando así la presión política y mediática sobre su administración.
