Ciudad de México.- El ex director de la aduana de Tampico, quien ahora coopera con la Fiscalía General de la República (FGR) bajo el alias “Santo”, reveló una red de contrabando fiscal liderada por altos mandos navales, en la que cada buque pagaba sobornos de 1.7 millones de pesos, afectando instituciones y demostrando la corrupción en la cadena de mando durante el sexenio de López Obrador.
La organización, apodada Los Primos, era liderada por los hermanos Farías, ambos con rango de almirante, que orquestaron el desvío de recursos mediante sobornos a personal de aduanas y marinos.
Según el testimonio del ex funcionario, cada buque que atracaba en el puerto debía costear un soborno de un millón 750 mil pesos. A lo largo de su participación, se encargó de distribuir casi 25 millones de pesos entre funcionarios corruptos para asegurar su cooperación, revelando un esquema en el que altos directivos de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) también estaban implicados.
Los buques registrados con contrabando incluían nombres como MTM Hamburg y Ardmore Chippewa, entre otros, que bajo documentos falsos reportaban cargas inofensivas de aditivos para lubricantes. Sin embargo, la realidad era que trasladaban grandes cantidades de combustible, utilizando manifestaciones falsificadas.
La traición por parte de los dirigentes de Los Primos empujó a Santo a destapar esta red al buscar asistencia de la FGR, temiendo por su seguridad tras amenazas. Su colaboración ha permitido destapar no solo un caso de corrupción impresionante, sino también arrojar luz sobre las prácticas ilícitas que durante años han burlado el control estatal, deteriorando la integridad institucional.
