Moloacán, Ver.— A plena luz del día, en la zona industrial de Coatzacoalcos, fue desmantelada una presunta refinería clandestina que operaba muy cerca del complejo petroquímico Cangrejera, sobre la autopista Nuevo Teapa–Cosoleacaque. El predio, registrado bajo el nombre comercial “Energía Ecorenovable”, procesaba hidrocarburos sin permisos oficiales: diésel artesanal, nafta ligera, solventes, combustóleo.
El operativo, ejecutado por fuerzas federales y personal de Petróleos Mexicanos, se montó tras semanas de vigilancia aérea y trabajo de inteligencia. La refinería operaba en una zona de alto valor ecológico y a pocos metros de instalaciones estratégicas del Estado.
“Era una bomba de tiempo”, dijo el subsecretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, quien confirmó el aseguramiento de más de 500 mil litros de crudo. “No tenía permisos, ponía en riesgo los ecosistemas y estaba fuera de cualquier norma”, escribió en redes.
En el lugar también se aseguraron equipos industriales de procesamiento y almacenamiento, la mayoría con número de serie. La pista apunta a empresas distribuidoras formales que, según la Asociación de Industriales del Estado (AIEVAC), podrían permitir rastrear a los verdaderos responsables.
Planta recicladora que nunca fue
No es la primera vez que el predio da de qué hablar. En 2019, la empresa buscó registrar ahí una planta recicladora de residuos peligrosos, pero la Secretaría del Medio Ambiente negó el permiso, argumentando que el proyecto era inviable bajo el Programa de Ordenamiento Ecológico de la región.
A pesar del rechazo, la actividad en el terreno nunca cesó. Apenas en abril pasado se reportó un incendio en las instalaciones. Dos trabajadores resultaron lesionados, pero no hubo seguimiento público del caso ni señalamientos a responsables.
Hoy, el sitio luce con sellos de clausura. Las instalaciones están bajo resguardo militar. Hasta ahora no hay detenidos. Solo el silencio de una empresa fantasma que intentó esconder una refinería ilegal bajo la fachada de reciclaje verde.
Mientras tanto, el sur de Veracruz sigue siendo tierra fértil para el procesamiento ilegal de hidrocarburos. Lo saben las autoridades. Lo saben las empresas. Lo saben los vecinos. Nadie dice nada.
