
Ciudad de México.- Los empresarios respiran, pero no con alivio. La espada de Damocles sigue pendiendo sobre sus cabezas. Un mes más sin aranceles es, para muchos, apenas un parche sobre una herida que no deja de sangrar.
La noticia llegó como un bálsamo para quienes mueven las piezas del tablero económico: Estados Unidos aplazó hasta el 2 de abril la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas. Pero el suspiro duró poco. En los corredores de la industria, en las mesas de negociación, en las oficinas de las grandes corporaciones, la preocupación sigue intacta: ¿y después qué?
La amenaza latente
Lo dice sin rodeos Larry Rubin, presidente de la American Society: “A nadie, y particularmente al sector empresarial, le gusta la incertidumbre”. Y, sin embargo, la incertidumbre es lo único que se ha ganado en esta negociación. Se ha logrado una prórroga, sí, pero no una solución definitiva.
Juan José Sierra, líder de Coparmex, va más allá: “Esto es parte de una inestabilidad que daña la economía del país”. México viene de una desaceleración en 2024, con reducción de empleos y señales de una recesión en el horizonte. En ese contexto, la amenaza de nuevos aranceles es un golpe directo a la confianza.
Y la incertidumbre no solo afecta a los grandes corporativos. En la frontera, las filas de camiones varados hablan por sí solas. La Asociación Mexicana de Agentes de Carga (Amacarga) advierte que, aunque el retraso de los aranceles aliviará momentáneamente el tráfico aduanal, “el problema de fondo sigue sin resolverse”.
El riesgo para la inversión
Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), apuesta por el diálogo: “Tenemos que trabajar de la mano con las contrapartes y con la Secretaría de Economía”, dice, confiando en que la relación entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump servirá como ancla para estabilizar el comercio.
Pero mientras se afinan estrategias diplomáticas, los empresarios ven con preocupación cómo la falta de certezas erosiona la confianza en México como destino de inversión. El Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) alerta sobre los efectos de una política comercial que cambia mes con mes: “Es un enorme riesgo que pone en peligro miles de empleos y desestabiliza las cadenas de suministro”.
¿Qué sigue?
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) lo sintetiza con precisión: “Es un respiro temporal, pero la incertidumbre persiste”.
No hay certezas. No hay garantías. Solo hay una fecha en el calendario que marca el 2 de abril como el nuevo punto de inflexión. Y tras esa fecha, otra más. Y luego otra. Porque en este juego de presiones comerciales, la única constante ha sido la misma desde el principio: la incertidumbre.