
¿Cómo va a quedar si, en cambio, ratifica su decisión y confirma la afiliación del Chiquiyunes? ¿Logrará asimilar el golpe, así, como si nada, o cumplirá lo que el 23 de septiembre pasado el columnista Salvador García Soto le atribuye que dijo:
“Si a los Yunes les abren la puerta de entrada a Morena, yo tomaré la puerta de salida y me iré del partido para declararme ‘gobernadora independiente’, cercana y fiel a la 4T, pero no militaré en el mismo partido que esos delincuentes”?
¿Es que acaso se vengaría apoyando solo a sus candidatas y candidatos a alcaldes pero sacando las manos para que pierda Morena el mayor número de alcaldías, para demostrarles su poder y que nadie la puede ningunear?
¿Se hará guaje en la afiliación y reafiliación que quieren en la cúpula nacional para alcanzar 10 millones de militantes?
¿Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña, los dueños del Senado, permitirán que la dirigencia nacional de Morena los deje en ridículo echando a patadas a Miguel Ángel?
Ahora solo falta que los Yunes controlen Morena
Nunca en la historia política de Veracruz un gobernador se alzó de manos contra la cúpula nacional de su partido. Rocío, con su actitud y postura, acaba de marcar un hito. En el priismo hubieran buscado destituirla. Ahora ha estirado, está estirando la liga. A ver si no la revienta.
Tantos años comentando y registrando la vida política de Veracruz, luego de ver tanto, no me sorprenderá para nada si un buen día los Yunes, ahora guindas, llegan a la dirigencia nacional de Morena o toman el control de ese partido en Veracruz. Ya dieron los primeros pasos y empezaron a subir la escalera.