
Ciudad de México.- La tarde en el Senado transcurría con la parsimonia propia de los jueves, cuando el rumor comenzó a propagarse por los pasillos: “Está aquí Miguel Ángel Yunes Linares”. Un par de senadores alzaron la ceja con curiosidad, otros apenas disimularon la sorpresa. No era cualquier visita.
El ex gobernador de Veracruz avanzaba por el Patio del Federalismo con el aplomo de quien conoce bien los vericuetos del poder. A su lado, su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, y no muy lejos, el coordinador morenista Adán Augusto López Hernández. La escena resultaba peculiar: los ex panistas conversaban animadamente con el tabasqueño, mientras algunos legisladores se acercaban a estrechar su mano.
—¿A qué se debe su visita, gobernador? —le preguntaron los reporteros, grabadora en mano, listos para cazar una declaración.
Yunes Linares sonrió apenas, como si midiera cada palabra.
—Vine a saludar a mi hijo y al senador —dijo, señalando a Adán Augusto.
El morenista, sin titubear, completó la frase:
—Vino a saludarme, es nuestro amigo.
Las cámaras se acercaron un poco más. Era la pregunta obligada. ¿Regresaría la próxima semana para afiliarse a Morena? Se anunciaba la instalación de un módulo en el Senado para quienes desearan sumarse al partido guinda. Pero Yunes Linares no respondió. Tampoco su hijo. Un breve intercambio de miradas y, sin más, se dirigieron al salón de sesiones.
El enigma quedaba en el aire.
De expulsado a presidente de Comisión
La sombra de su expulsión del PAN aún persigue a los Yunes. Ocurrió el 14 de noviembre de 2024, cuando el Comité de Orden del partido decidió apartarlos por “indisciplina”. Su pecado: votar junto con Morena y sus aliados a favor de la reforma al Poder Judicial. Un acto que, en términos políticos, equivalía a una traición.
Pero la política, ya se sabe, no admite vacíos. Esta misma semana, Morena otorgó a Yunes Márquez la presidencia de la Comisión de Hacienda del Senado, una de las más relevantes del Congreso. El anuncio lo hizo Gerardo Fernández Noroña al término de la sesión del jueves.
Así, el veracruzano sustituirá a Cuauhtémoc Ochoa, quien días atrás se deslindó de la polémica iniciativa de cobranza delegada. Hasta ahora, Yunes Márquez había ocupado cargos en diversas comisiones como secretario, pero esta vez le entregaban la batuta. Un movimiento que, sin duda, tiene su lectura: Morena no sólo lo arropa, sino que le concede poder.
En política, los gestos importan. Un saludo en el Senado, un silencio ante la pregunta incómoda, un cargo estratégico… La historia de los Yunes aún se sigue escribiendo.