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Cerca de tres mil personas, entre residentes y transportistas de Mochitlán, Petaquillas y Quechultenango, desataron una ola violenta en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, exigiendo al gobierno estatal la liberación de un líder transportista y su conductor, detenidos la semana pasada.
En las primeras horas de este lunes 10, confrontaron a 500 agentes antidisturbios en la autopista del Sol y retuvieron a diez miembros de la Guardia Nacional, uno de los cuales resultó herido).

Luego se dirigieron hacia el Congreso del estado, y armados con palos, machetes y piedras, causaron destrozos a su paso. Lo mismo ocurrió en la Fiscalía General del estado, negocios y vehículos estacionados.


 

Su paso infranqueable era encabezado por una unidad blindada, conocida como “Rinoceronte, de la que se apropiaron superando la resistencia de la Policía del Estado de Guerrero.

En su trayecto, lanzaron disparos contra una base de la ruta Tlacotepec-Chilpancingo, resultando en una persona herida.
Estos incidentes se suman a la violencia del sábado en Tixtla y Chilpancingo, donde cinco conductores de transporte público fueron asesinados, dos de ellos quemados, dos heridos y cuatro vehículos incendiados.

Los servicios en la zona sur de la ciudad y las actividades en las oficinas gubernamentales fueron suspendidos. En el centro, los negocios comenzaron a cerrar. El transporte hacia los municipios vecinos también quedó paralizado.

A la 1 de la tarde, la Mesa de Construcción para la Construcción de la Paz convocó a los manifestantes al diálogo para abordar y resolver sus demandas, con el objetivo de evitar afectar la paz social y causar daños a terceros.

“Las instituciones de seguridad están monitoreando de cerca la situación en la capital y han desplegado a elementos desarmados en diferentes puntos para prevenir actos violentos contra edificios públicos e instituciones gubernamentales.

De esta manera, buscamos garantizar el estado de derecho y el respeto absoluto a los derechos humanos de los manifestantes”.

A las 3 de la tarde, la gobernadora Evelyn Salgado informó que, como parte de su política de diálogo y no represión, el secretario general de gobierno, Ludwig Reynoso, está sosteniendo un encuentro con los manifestantes.

“Nuestro objetivo es establecer un diálogo con aquellos que participan en esta protesta para lograr entendimiento y acuerdos, siempre dentro del marco legal y garantizando así la libre circulación para los ciudadanos de esta capital”.

En la tarde de este lunes, la actividad ciudadana se vio suspendida. En la capital, gobernada por Norma Otilia Hernández de Morena, se respira una calma tensa en otra jornada de falta de gobernabilidad.

“En este momento, el gobierno está ausente”, dice un comerciante antes de cerrar su negocio y buscar refugio con su familia.

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