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Ciudad de México.- México presenció la primera victoria de Ferrari en 34 años en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Carlos Sainz, el piloto español de la escudería italiana, se llevó el Gran Premio de México en una carrera donde la acción y las sorpresas no faltaron. A pesar de una salida complicada, Sainz recuperó el liderato y mantuvo un ritmo imparable para cruzar la meta en primer lugar. Lando Norris, a bordo de su McLaren, logró quedarse con el segundo puesto, adelantando en los últimos giros al monegasco Charles Leclerc, quien completó el podio.

La victoria de Sainz no solo representa un triunfo individual, sino también una inyección de energía para Ferrari, que había estado ausente de lo más alto en suelo mexicano desde 1990. Además, este podio es un golpe para Red Bull, ya que por primera vez en mucho tiempo el campeón Max Verstappen no logró un lugar en los tres primeros.

Desde la primera vuelta, el GP de México se tornó desafiante. Un incidente de Yuki Tsunoda impactó al Williams de Alexander Albon, dejando a ambos fuera de la carrera y provocando la entrada del Safety Car. Este momento desencadenó una serie de dificultades para el mexicano Sergio “Checo” Pérez, quien fue penalizado con cinco segundos por una salida en falso.

Mientras Pérez luchaba por remontar, Fernando Alonso también se enfrentaba a problemas, abandonando la carrera en su GP número 400. A su vez, Verstappen sufrió una penalización acumulada de 20 segundos, que lo relegó al sexto lugar, mientras Pérez solo logró mantenerse en la competencia en el puesto 17.

Ferrari parecía asegurarse un 1-2 hasta que Norris superó a Leclerc, asegurando el segundo puesto para McLaren. Al finalizar, Sainz se mostró agradecido con la afición mexicana, quien lo ovacionó en el estadio.

“Gracias, México”, exclamó Sainz, visiblemente emocionado.

Con esta victoria, Ferrari se acerca a Red Bull en el campeonato de constructores, dejando a la escudería austriaca con la necesidad urgente de revertir su situación antes de finalizar el año.