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“La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento

de merecer lo que tenemos.” – Aristóteles


 

No cabe duda que es tiempo de mujeres, al menos eso comienza a hacerse evidente en el Puerto de Veracruz, en donde la alcaldesa de esa municipalidad Patricia Lobeira Rodríguez se ha cortado el cordón umbilical que la ataba al Clan Yunes.

De la opinión pública es conocida las diferencias que la alcaldesa en funciones sostuvo con el que fuera su cónyuge, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien se ampara en el fuero que le da una curul en el Senado de la República, tras que este abandonara la Ciudad de Veracruz para fugarse a los Estados Unidos específicamente en Miami aludiendo afectaciones físicas graves.

Se recuerda que el senador Yunes Márquez tenía abiertas una serie de denuncias y órdenes de presentación que lo obligaron a tener que poner tierra de por medio para evitar ser detenido por una serie de delitos.

Fue el juez Oscar Luis Lozada Hernández quien el 14 de julio de 2024, giró a la Fiscalía de Veracruz una orden de aprehensión en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez, acusado por presuntos delitos de uso de documentación apócrifa, mentir a las autoridades y fraude procesal.

El caso escaló al punto que se abría girado una ficha roja por parte de las autoridades para que la Interpol lo detuviera en cualquier momento.

Nada de eso sucedió porque sin mediar explicación alguna, Adán Augusto López Hernández, ex secretario de Gobernación y coordinador parlamentario de Morena en el nuevo Senado de la República habría negociado con su padre el ex gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares y con el mismo senador propietario, su voto a favor de la Reforma al Poder Judicial, para así consumar la instrucción y deseo del presidente Andrés Manuel López Obrador, de sacar a como diera lugar la Reforma Judicial.

El descrédito, la descalificación y el oprobio de su actuar se lo reclamó el pueblo de México entero, hoy son repudiados por la sociedad civil, ante su cambio de criterio para favorecerse en lo particular, que hasta la expulsión del mismo Partido Acción Nacional (PAN) fue la consecuencia.

Pero cuando los Yunes del Estero atraviesan las penurias y desgracias de sus actos en lo político también las cosas les van mal, al menos en el seno familiar.

Por principio de cuentas, el presunto control político que tenían en el puerto de Veracruz se fue a la basura, ante la fuga del senador, abandonando a su suerte a su consorte, a quien dejó en manos de las autoridades de Fiscalización Superior del Estado, con sendos expedientes sobre el mal manejo del recurso municipal.

Y es que era sabido que ahí en el Ayuntamiento de Veracruz, el que dictaba y mandaba era el mismo Miguel Ángel Yunes Márquez quien como virreyito ordenaba, colocaba y ponía a cuanto funcionario él decidía, dejándole solo la tarea de modelito decorativo a su señora esposa la alcaldesa en funciones.

Pero eso se acabó este miércoles, cuando se hizo oficial una tercia de cambios en dependencias municipales.

Por principio de cuentas, la alcaldesa Paty Lobeira puso de patitas en la calle a tres integrantes de su administración, los cuales no tuvieron ni chance de recoger sus cosas al interior de las oficinas donde presuntamente despachaban.

Así Jorge Carlos Bobadilla Carpy, director de Gobernación y Daniel Galindo Moreno, director de Comercio fueron expulsados de la administración municipal por sus serios nexos con personajes impresentables de la política municipal y estatal, quienes habían venido jugando un jueguito de informantes anónimos que de plano no le gusto a la alcaldesa.

De igual manera le dio las gracias a Enrique Pérez Rodríguez –ex secretario de Educación con el padre del ahora senador, quien estaba incrustado -sin aparecer- en la nómina municipal como el “operador” estrella del senador propietario y suplente, cobrando la friolera de $120,000 mil pesos mensuales por debajo del agua.

Ahora tras la ruptura familiar y tremendo pleito legal de los Yunes-Lobeira, Patry Lobeira ha comenzado la limpia de todo lo que huela al Clan, quienes le habían impuesto funcionarios, operadores, orejas y chismosos con cargo a la nómina municipal, como el caso de Enrique Pérez Rodríguez.

Se sabe que Paty descubrió que quien la estaba vigilando y espiando era el propio Enrique Pérez, quien había pasado las fichas informativas a los senadores de todo cuanto realizaba la alcaldesa, en ese afán perverso por perjudicarla, dando detalles de lugares, destinos y citas que la alcaldesa sostenía.

Muy bien hizo la alcaldesa en sacudirse a las rémoras que le habrían incrustado en la administración municipal, pues se sabe que el senador y ex esposo de la alcaldesa le dejó contratados los servicios de una empresa a nombre de Miriam Jurado Roca –quien al parecer sostiene una relación sentimental con el legislador federal-, sin ella haberse dado cuenta ni lo que la había hecho firmar, ni a quien favorecía en realidad, así el descaro de estos personajes.

Hoy en los tiempos de las mujeres la alcaldesa Lobeira Rodríguez se empodera y con su capacidad y conocimiento es probable que haga mucho mejor trabajo que el que su ex consorte la hizo realizar. Como diría el clásico ¡Qué bonita familia!

Al tiempo.

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“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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