
Ciudad de México.- Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el 2024 con una pérdida de 620.605 millones de pesos, de acuerdo con su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). La cifra, atribuida a problemas en refinación, caída en la producción y depreciación del peso frente al dólar, representa el peor resultado de la petrolera desde 2015, cuando las pérdidas alcanzaron los 713.000 millones de pesos.
El complejo escenario llevó a la empresa, dirigida por Víctor Rodríguez Padilla, a reconocer que atraviesa un momento desafiante.
“Pemex enfrenta dificultades operativas y de productividad distintas a las del pasado. Además, las restricciones presupuestarias nos han obligado a definir una estrategia en estos primeros meses de administración para recuperar los niveles de producción”, señaló en conferencia con analistas Jorge Alberto Aguilar, director corporativo de Planeación, Coordinación y Desempeño.
Refinación concentra la mayor parte de las pérdidas
El deterioro financiero de la petrolera se reflejó con fuerza en su división de refinación. De acuerdo con el informe, Pemex Transformación Industrial (PTRI), encargada de este sector, concentró el 94% de las pérdidas, lo que equivale a 585.814 millones de pesos.
El informe destaca que los factores que impactaron negativamente el balance incluyen un aumento en el costo de ventas, deterioro de activos fijos, pérdidas cambiarias y costos por instrumentos financieros derivados.
“La depreciación del peso frente al dólar afectó de manera significativa, mientras que los costos de instrumentos financieros derivados se incrementaron por cambios en su valor de mercado”, detalla el documento.
A ello se suman problemas estructurales en las refinerías, las cuales han registrado rezagos a pesar de las inversiones públicas realizadas en la administración anterior.
Aumento de la deuda con proveedores y perspectivas inciertas
La difícil situación financiera de Pemex también se ha visto reflejada en el aumento de su deuda con proveedores, la cual pasó de 20.524 millones de dólares en septiembre a 24.973 millones de dólares al 31 de diciembre de 2024.
No obstante, la deuda financiera total de la petrolera se ubicó en 97.632 millones de dólares, lo que supone una disminución del 8% en comparación con 2023.
Para Adrián Duhalt, analista del sector energético, el desempeño de Pemex sigue siendo una de las principales preocupaciones del gobierno.
“A pesar del respaldo financiero otorgado, la empresa sigue mostrando debilidades operativas y financieras, lo que pone en duda la estrategia gubernamental actual y la del mandato anterior. Los resultados evidencian que las inyecciones de capital y los incentivos fiscales no han sido suficientes para revertir su deterioro”, sostiene.
El dilema del gobierno y el rol de la inversión privada
El gobierno mexicano ha impulsado un nuevo marco regulatorio con el objetivo de modificar el rumbo de Pemex, sin embargo, persisten dudas sobre su efectividad.
“Existe escepticismo respecto a cuánto margen tendrá Pemex para asociarse con empresas privadas, cuya capacidad técnica y respaldo financiero podrían resultar claves para evitar una mayor caída en la producción”, advierte Duhalt.
La interrogante que surge, según el experto, es si la petrolera ha llegado a un punto en el que requiere decisiones más radicales, ya que el costo de oportunidad de mantener su situación actual podría ser demasiado alto para el país.