Asesinato del diputado Juan Carlos Molina Palacios sigue impune; antes de morir investigaba negocios de Eric Cisneros Burgos
***El 9 de noviembre del 2019 el legislador del PRI en el Congreso de Veracruz fue ejecutado por un grupo armado en su rancho de Medellín
*** La actual directora de Investigaciones Ministeriales de la FGE, Marcela Aguilera Landeta fue protegida del líder de la CNC y hasta la hizo diputada local por el PRI
A cuatro años de la muerte del diputado local Juan Carlos Molina Palacios, las investigaciones en la Fiscalía General del Estado de Veracruz están extrañamente detenidas, sin interés por parte de la directora de Investigaciones Ministeriales Marcela Aguilera Landeta y con la clara e infundada imposición de que fue un solitario sicario y asegurar sin pruebas, haber sido el oriundo de León, Guanajuato, Itiel Palacios, quien en el día y hora del asesinato de Palacios Molina, él estaba en una fiesta infantil, en el cumpleaños de su hijo. No debemos perder de vista que Itiel Palacios ha ganado todos los recursos y amparos, para ser declarado inocente de esta imputación. Y ahí se da la decisión de la Jueza Angélica Sánchez de acatar la orden de un juez federal y declararlo en libertad inmediata. Ante esto, se desató una cacería en contra de la jueza, en una venganza política desde el Tribunal Superior de Justicia, orquestada por la magistrada presidenta Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre. Aclaramos, Itiel no es el famoso “Compa Playa”, del sur de estado como lo ha hecho creer Cuitláhuac García Jiménez y este gobernador quiere impedir a toda costa que se detenga al verdadero asesino intelectual. Les cuento.
¿Y quién tiene tanto poder para manipular al Poder Judicial, a la FGE y al propio gobernador de Veracruz? La respuesta: Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
El 8 de noviembre del 2019, recibimos una llamada del entonces diputado local y líder de la CNC Juan Carlos Molina Palacios, quien muy enojado, nos aseguró que Eric Patrocinio Cisneros Burgos estaba realizando acoso político en su contra, ya que el diputado del PRI estaba realizando un expediente secreto sobre los negocios del secretario de Gobierno Cisneros Burgos y su vinculación con grupos criminales asentados en la Cuenca del Papaloapan. Además, su liderazgo dentro de los grupos parlamentarios era genuino y nadie lo podía controlar, siendo un dolor de cabeza para el líder de la Junta de Coordinación Política Juan Javier Gómez Cazarín.
Ese mismo día, me compartió un video en el que estaba en una convención de ganaderos, quienes se quejaban por el ingreso desde Guatemala de ganado sin registro y el gobierno de López Obrador permitía su ingreso, sin las medidas sanitarias, ni los anillos y marcas legales. Juan Carlos Molina, conocedor de buenos ganados, sabía lo perjudicial que sería el ingreso de ganado enfermo y sus consecuencias. Fue crítico en la tribuna para denunciar estas prácticas ilegales perpetradas por grupos criminales y eran toleradas por el Gobierno Federal y en Veracruz, los ganaderos tienen miedo de una epidemia fitosanitaria.
Después del asesinato de Juan Carlos Molina Palacios, el 9 de noviembre, los grupos del PRI, PAN y PRD se replegaron, por ser un mensaje directo a quienes andan “metiendo ruido” a los gobiernos de Cuitláhuac García y de López Obrador. Y el encargado de ser el mensajero fue Eric Cisneros Burgos, quien dio instrucciones a la fiscal general Verónica Hernández Giadans para fabricar carpetas de investigación y repartir culpas, para ver “cuál pegaba”.
Una de ellas, deslizar el rumor de una presunta relación de la viuda de Juan Carlos Molina con los hechos, algo aberrante, pues nos consta el amor que le tenía y tiene a Juan Carlos. Luego, hay que asegurar que el suegro tenía un negro pasado y por eso, se desencadenó el asesinato de otra víctima, el padre de la esposa de Juan Carlos Molina. Lo interesante de todo esto, era crear confusión, miedo, incertidumbre y manipular las investigaciones perpetradas por la antes protegida de Juan Carlos Molina, la actual directora de Investigaciones Ministeriales, Marcela Aguilera Landeta, quien antes de ser consentida de MORENA, ella fue protegida por el líder de la CNC y la apoyó a ella y a su familia, cuando nadie le extendía la mano. Hasta la hizo diputada local y la sacó de problemas legales. Hoy, Marcela Aguilera es la encargada de fabricar culpables, para proteger al verdadero asesino intelectual.
¿Qué información tenía Juan Carlos Molina que tanto hizo enojar al conocido como “Bola 8”? El asesinato de Estado que se perpetró en contra del diputado local y líder de la CNC lo tuvo que planear alguien con mucho poder en Veracruz e impedir que salieran datos reveladores de los negocios que se están realizando en la Cuarta Transformación en Veracruz.
Marcela Landeta Aguilera lo sabe. Verónica Hernández Giadans lo sabe también. Pero como ellas son empleadas y sólo reciben órdenes de Eric Patrocinio Cisneros Burgos, se dio la orden de ocultar los videos de las cámaras de videovigilancia que estaban en el rancho de Medellín, el día en que ejecutaron a Juan Carlos Molina Palacios. E imputar a “alguien”, para asegurar que fue un solitario sicario, eligiendo a Itiel Palacios, un ciudadano de León, Guanajuato, para señalarlo de ser “El Compa Playa”, cuando el verdadero sigue subiendo fotos en Instagram.
No hay rigor en la investigación ministerial, pues quieren que haya confusión y un mar de versiones para no escarbar y ver qué funcionarios de Cuitláhuac García Jiménez están coludidos con el asesinato de Juan Carlos Molina Palacios y de otros políticos en Veracruz. Y Cuitláhuac García lo sabe muy bien y calla, por miedo a que su exsecretario de Gobierno difunda lo que en realidad es el gobernador de Veracruz.
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