“DESQUICIADA, PREPOTENTE, INMORAL”: EL ODIO DEL ALCALDE A LA SÍNDICA ES REAL
* Alegato judicial de Víctor Carranza en el Trife evidencia misoginia
* “Arribista”, “desequilibrada”, “infiel”, “ambiciosa” llama a Yazmín
* Con su escrito convenció al tribunal que sí ejerce violencia política de género
* Yazmín Martínez Irigoyen acusaba amenazas y el Trife le creyó
MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO
Coatzacoalcos, Ver.— Ácido y agreste, filoso, Víctor Carranza no ve en Yazmín a una síndica más. Es —refiere su alegato judicial— “desquiciada”, “prepotente”, “inmoral”, “arribista”, “desequilibrada”, “infiel”, “desleal”, “ridícula”, “ambiciosa” y “desviada”. Y hasta en su vida marital se habría de meter.
Son pinceladas de odio, consignadas en el “argumento” usado por el alcalde de Coatzacoalcos para enfrentar el juicio interpuesto por la síndica Yazmín Martínez Irigoyen por violencia política de género, amenazas, bloqueo a su labor municipal por el que finalmente la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo sentenció.
Carranza Rosaldo, emanado de Morena, la había vencido en el Tribunal Electoral de Veracruz, que desestimó el alegato del alcalde ignorando el lenguaje rupestre, los adjetivos hirientes y el rencor evidente del edil por la síndica municipal.
Su alegato judicial es una pieza de misoginia. Carranza brinca de improperios cáusticos a reclamos soeces, y en el vértice, el reiterado tema del novio de Yazmín, Roubier Ramírez, el cese del funcionario, imputado por acoso sexual, investigado, por el doble cobro de salario en dependencias y el nepotismo de la edil morenista.
Para el Tribunal Electoral de Veracruz, el odio manifiesto del alcalde no constituyó violencia de género. Para el Trife regional sí.
Carranza Rosaldo dedicó tres cuartillas de su alegato a denostar a la síndica de Coatzacoalcos, intentando desvirtuar el argumento de que sufre marginación, obstrucción a su labor, recorte de personal, y la existencia de corruptelas en la asignación de contratos y pagos irregulares en el ayuntamiento.
De Yazmín Martínez afirma que su “comportamiento inmoral y arribista, falto de ética y de valores partidistas, infiel a su partido (Morena) quien la cobijó y de quien habla pestes, así que sus acciones son peores y en cuanto a las asesorías de sus abogados ni ellos mismos la han soportado, ya que han acabado por sólo obedecerla en sus necedades y cuando ya no pueden más la dejan y traicionan”.
Otro fragmento:
“No cumple ni con su horario de trabajo, y la campaña de desprestigio es de ella y basta con abrir el internet y darse cuenta de toda la sarta de declaraciones infundadas y faltas de ética de su parte y quienes se atreven a criticarla no es el Ayuntamiento a quien ha denostado, sino el público que se da cuenta de su proceder, las notas periodísticas o publicaciones no son del Presidente ni de su autoría”.
Uno más:
“El público se da cuenta de todo y si se decidió mandar a la Síndica al Congreso fue por mayoría de votos del Cabildo ya que anda apoyando a partidos nuevos, traicionando al partido que la llevó a la Sindicatura, porque fue el partido Morena, no ella y no obstante denigra a su partido y también lo ataca diciendo que ha perdido el rumbo, cuando es ella la desviada”.
Atiza el alcalde, incluso con una supuesta alianza con el líder del Sindicato Único de Empleados Municipales, Gersaín Hidalgo Cruz:
La síndica, “quien acuerda y es cómplice de enemigos del Ayuntamiento, asociada del líder sindical Gersaín Hidalgo Cruz con quien tiene tratos”.
Otra:
“El Cabildo se ha vuelto un campo de batalla donde la síndica mete el desorden y manipula a sus intereses a ciertos regidores. Esta falta de armonía es creada por ella, por eso se demanda la revocación de su mandato ante el Congreso del Estado.
“Lo anterior se informa con más amplitud en la segunda parte de esta respuesta, en donde se narran todos los ataques e ilegalidades cometidas por esta prepotente y desquiciada síndica”.
Carranza prosigue:
“Es mentira que el C. Omar Berdón Arres (entonces encargado de la Policía Municipal) le haya dicho que es intocable. Son chismes de una mujer desequilibrada. Mucho menos que se haya manifestado que ya no era síndica, pues si así fuera sería buena noticia para el Ayuntamiento”.
Otra más:
“Hace toda una teoría de la violencia de género y dice que se le ataca por el hecho de ser mujer, con esa bandera pretende justificar sus actos y el valor de la dignidad humana, no lo conoce, puesto que el trato que ha dado al suscrito en el Ayuntamiento es irrespetuoso y sin una pizca de dignidad, sus valores y autoestima son visibles. Ha estado acusada de despojar a sus padres de su casa en un juicio civil, de lo cual he preferido no saber más por prudencia y respeto, pero ella a la prudencia la confunde con debilidad y en este Municipio no permitiré que lo siga denostando ni desprestigiando”.
Agrega:
“Acusa al contralor de violencia de género y pide a los magistrados para que se le restablezcan sus derechos, lo cual no se de qué modo se le han de restablecer algo que nunca se ha generado o cómo una autoridad electoral, pueda resolver sobre estas pretensiones de una síndica ambiciosa, falta de ética que no conoce la lealtad ni tiene los principios que rigen al partido político al cual pertenecemos, pero sobre todo el valor del servicio a la población que tanta atención requiere”.
De la vida sentimental de Yazmín Martínez Irigoyen, el alcalde acusa:
“A Roubier Ramírez Rodríguez se le suspendió temporalmente porque tiene imputaciones de acoso sexual y de percibir doble sueldo en el Municipio y en la Secretaría de Educación Pública, trabajando en ambos entes públicos con la complicidad de la síndica, quien sostiene con él una relación amorosa motivo por el cual fue amonestada por el Partido de Morena por nepotismo”.
Y así, párrafo por párrafo, con adjetivos que terminaron de configurar violencia de género, el alcalde de Coatzacoalcos soltaba flamazos de odio.
Contrario al criterio laxo del Tribunal Electoral de Veracruz, que no quiso observar en el lenguaje del alcalde Carranza una carga demoledora de misoginia, el Trife Regional consideró:
“La cataloga como chismosa, controladora, necia, insolente, ambiciosa, mentirosa, manipuladora, irrespetuosa, prepotente, desquiciada, desequilibrada, incongruente y ridícula, que perdió el rumbo y que sin la ayuda del partido y de él no habría obtenido la sindicatura y refiere que el hecho de ser mujer no la ha llevado a ser denunciada sino su comportamiento arribista y falto de ética y de valores, por lo que no hace falta pagarles a los periódicos para hablar mal de ella, ya que ella sola da los motivos.
“De igual manera refiere que no se le obstaculiza el cargo pero que su trabajo lo hace mal, por lo que le hecho de que ya no fuera síndica sería buena noticia para el Ayuntamiento de Coatzacoalcos, ya que es insoportable su presencia.
“Tales manifestaciones de carácter simbólico muestran desigualdad y misoginia en contra de una mujer”.
Se acreditó la violencia política de género y el Trife dio vista al Órgano Público Local Electoral para evitar que Víctor Carranza pudiera aspirar a reelegirse como alcalde de Coatzacoalcos, y a la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz para aplicar medidas cautelares que garanticen la integridad de la síndica Yazmín Martínez Irigoyen.
Cargado de odio y rencor, el alegato judicial del alcalde mostró que su odio a la síndica es real.