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* Grandes claros en el “Pirata” Fuente; el peor evento del Peje en todo el país
* Un día antes, Rocío Nahle y Ricardo Ahued comían a todo lujo en El Cacharrito

Veracruz, Ver.


 

Desangelado, trasluce el rostro de Andrés Manuel López Obrador los estragos de un día fatal, el de su cierre de campaña en Veracruz, olvidado por el morenismo, unos cuantos que acudieron al estadio Luis “Pirata” Fuente, en las horas y los minutos en que los que adoran al Peje y también los que lo odian tenían su mente fija en el encuentro de la Selección Nacional de fútbol contra Corea del Sur.
Al centro del campo, se podía observar al candidato presidencial de Morena, la mano en el bolsillo, con la expresión del que observa la fallida concentración, las ausencias, la falta de organización, y no lo termina de creer.

Con él, según una imagen circulada en redes sociales, se hallaba un líder polémico de Morena, su dirigente estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, el que no pudo acceder a una candidatura, ni la de senador, ni la de diputado federal, ni la de diputado local, ni una plurinominal que le garantizara su estadía en el erario público.

La mañana del sábado 23, acuerpaban al Peje López Obrador la dirigente nacional, Yeidckol Polenvsky, y la ex coordinadora de Morena en la Cámara de Diputados y hoy candidata al Senado, Rocío Nahle García.

Nada por qué sonreír. Nada qué celebrar. A esa hora, poco después de las 9 de la mañana, se advertía la falta de respuesta de la militancia morenista y los simpatizantes del mayor líder que las izquierdas en México hayan tenido.

Una fracción, una ínfima parte del estadio Tiburón, respondía al llamado del candidato de Morena a la Presidencia de México. Unos 5 o 6 mil asistentes, quizá menos, en un escenario diseñado para 28 mil 703 asistentes.

Y el rostro de López Obrador reflejaba la ira contenida.

Al medio tiempo, el candidato a gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, tomaba el micrófono y justificaba la debacle. El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, decía, había bloqueado el paso de los camiones que dirigían al cierre de campaña de López Obrador.

Yeidckol Polenvsky se colgaba del mismo clavo. La culpa es de Yunes.

Y López Obrador narraba el encuentro: “Gol de Chicharito, vamos 2-0…”. Luego auguró: “va a ser goliza, como la del primero de julio”.

Pero la goliza no llegó. Peor aún, Corea del Sur descontó en el marcador y el partido se apretó con riesgo de empate… Un escenario que ya López Obrador vivió en 2006 y que lo confinó a la derrota y a declararse presidente legítimo, con la banda presidencial en el pecho, jurando cumplir y hacer cumplir la Constitución, integrando un gabinete alterno. Un acto que lo marcó para siempre.

En otra parte de su discurso, acusó que “no les va a alcanzar un intento de fraude electoral” y que se peleará para que se respete el triunfo de Cuitláhuac García.

Por la mañana circularon en las redes sociales las imágenes captadas desde un dron, que advertían la intensa movilización en decenas de autobuses estacionados en los alrededores del estadio del Tiburón. La mayoría de ellos provenían del norte, centro y sur de Veracruz, en lugar destacado los de Coatzacoalcos y Villa Allende, donde Morena gobierna. Pero no se midió cuantas personas viajaban en cada unidad.

Otros videos, captados desde la parte superior de las gradas, mostraban los claros en las butacas, la respuesta nula del morenismo ante el evento cumbre de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.

En redes sociales se fustigaba con comentarios hirientes el desastroso escenario que le generaron al líder de Morena sus operadores en Veracruz, Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil, candidatos al Senado.

Un día antes, el viernes 22, se les vio comiendo plácidamente en el restaurant El Cacharrito, uno de los más exclusivos de Boca del Río, de precio exorbitante, al que suele acudir la crema y nata de la sociedad, el priismo, el panismo y el empresariado.

No es este el primer resbalón de Morena en Veracruz. En Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos, López Obrador realizó cierres regionales con escasa respuesta de sus seguidores. Mítines de mil, dos mil o tres personas prendieron alertas en el alto mando del equipo obradorista por la falta de capacidad de Rocío Nahle, Cuitláhuac García y Ricardo Ahued para movilizar a la militancia.

Ahora lo derrotó el partido de la Selección de Futbol de México contra Corea del Sur, ganado por el TRI al son de 2 a 1.

 

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