Patricia Peña: el agandalle de una regiduría
* La favorita de Callejas irrita al magisterio * Menos votos para Vasconcelos * Y el PRI se cae * AMLO de nuevo en Veracruz * Y Morena que se incendia * Tere King ya no levantó * Desencanta a Yunes * Cheng y la joven muerta * Lucrando con un crimen * Juanelo y su libro * Frases y pasajes eróticos
Como ácido en el agua, Patricia Peña corroe al sindicato magisterial, arrebatando espacios de poder, una diputación federal, la secretaría general del PRI, hostigando empleadas, desdeñando migrantes. Y ahora con el agandalle de una regiduría.
Acumula rencores la favorita de Juan Nicolás Callejas Arroyo, líder de la Sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el mayor cacique del magisterio en Veracruz, denostada en un gremio que no le ve mérito ni carisma y detestada en los círculos priistas.
Agravia, pues, a un sector que es pilar del PRI, que opera y genera votos, que es leal y es factor entre ganar o perder. Los agravia con su ambición y su afán de ser todo.
Reina sin corona en el callejismo, tolerada pero no tragada, Patricia Peña Recio no sabe de límites ni de sensatez, decidida a ser regidora en el ayuntamiento de Coatzacoalcos aunque le reste votos al PRI.
Sábese que tiene dos ingresos, los que le provee la Secretaría de Educación en Veracruz, sin dar golpe, incrustada en la estructura sindical, adscrita al Sector 28, bajo las órdenes del profesor José Luis Montoya Pumarino, ex regidor municipal, que manda y gobierna en su feudo pero nada de autoridad tiene sobre la maestra Peña Recio.
Su otro canal de recursos proviene de la Zona 193, a las órdenes del profesor Wilber de Jesús Castillo, con una plaza de maestra que no desempeña, sin dejar de percibir quincena y otros beneficios, con una profesora “tapadera”, que realiza sus tareas.
¿Es aviadora Patricia Peña Recio? Técnicamente sí. Cobra y se evade, refugiada en la formalidad de un espacio sindical y una plaza de maestra de primaria cuyos alumnos nunca ven.
La cubre su influencia innegable sobre Juan Nicolás Callejas Arroyo, su padrino, protector y admirador, al que cautiva y embruja, al que marea con rollo, las virtudes de la juventud dominando a la tercera edad, algo así como 40 y 100.
Patricia Peña fue directora de Educación en el ayuntamiento presidido por Marco César Theurel Cotero, y ahí dio de qué hablar: hostigaba a las empleadas con su forma de ser y carecía de capacidad hasta para organizar el desfile de la primavera.
No tardaron en llegar las quejas al alcalde. Obsesiva, suponía que el personal debía rendirse a sus caprichos, a lo absurdo, a los disparates que distinguían su actuación. Y Theurel optó por acotar a la protegida de Callejas.
Luego le llegó la suerte. Un pacto entre Marcelo Montiel Montiel y Juan Nicolás Callejas Arroyo le abrió la puerta a la diputación federal.
Con tal de no dejar pasar a Guadalupe Félix Porras, esposa de Marcos Theurel, que ya se veía diputada suplente de Joaquín Caballero Rosiñol, Marcelo acordó que esa posición fuera para Patricia Peña.
“Sólo por si se muere Joaquín”, pregonaba la pupila de Callejas. Sólo por eso había aceptado ir en fórmula, enfrentar la más difícil y complicada elección del marcelismo, en 2012, cuando Enrique Peña Nieto era candidato presidencial del PRI y el Efecto Peje permeaba en el distrito de Coatzacoalcos, bastión histórico de la izquierda.
Pues ganó Caballero Rosiñol, y con él Patricia Peña Recio se coló al Congreso federal.
No murió Joaquín Caballero sino que dejó de ser diputado meses después para contender por la alcaldía de Coatzacoalcos. Así, la protegida de Callejas aplicó. Y comenzó el show.
Protagonizó un sainete demencial al exhibir desdén a los migrantes, al extranjero indocumentado, tildados de delincuentes, que “son un peligro” y que deben irse.
Odiar, decíase aquí, en INFORME ROJO, es lo de menos. Lo malo es expresarlo. Discriminar es inaceptable. Nadie, menos un legislador, y de Coatzacoalcos, donde los migrantes llegan, pasan o se quedan, tiene derecho a criminalizar al que viene huyendo de la pobreza, buscando un alivio a su dolor, una esperanza, calidad de vida.
Tildada de “insensible” por el sacerdote Alejandro Solalinde, ícono en la defensa de migrantes, Patricia Peña viralizó las redes sociales y se acribilló a sí misma.
Diría de los indocumentados que son “asaltantes”, que “se prostituyen”, que se andan matando entre ellos. Y que los vecinos donde se concentran en una colonia de Coatzacoalcos, pedían acciones para inhibir su presencia.
Pero no con actitud xenófoba, racista, criminalizando. Como si fuera Trump región cuatro.
Peña Recio los secundó. Y cuando el escándalo llegó a San Lázaro y la abordaron los medios de comunicación, negó la disculpa. No matizó. No aminoró la presión. Exhibió soberbia, necedad.
“Además salían, asaltaban —dijo la Barbie de Callejas—. El paso de ellos es un peligro porque son personas que llegan sin dinero y asaltan, hacen cosas indebidas en la vía pública y, bueno, es que no es nuestra responsabilidad las personas que vienen de otros lugares, la responsabilidad que tenemos es con los nuestros, los mexicanos que nos dieron su confianza”.
Y siguió:
“Los gobernantes se deben y tienen la responsabilidad sólo con los mexicanos, más no con los indocumentados”.
Decía Patricia Peña que deben cerrarse los albergues, las casas que sirven para dar cobijo, un lugar para pasar la noche, atención médica, alimentos dignos, varios de los cuales operan en Coatzacoalcos, su distrito.
“(En Coatzacoalcos) cerramos una casa en donde se les daba atención a los migrantes porque nosotros podemos tenerlos de paso, pero con los problemas que le ocasionan a los habitantes que viven cerca de estos sitios, se convierten en foco de asaltos y de prostitución”.
Y algo más:
“Queremos que estén circulando, que no se queden ni en el municipio, ni en el estado, ni en el país”, sentencia. Sostiene que hubo un acuerdo con los sacerdotes encargados de la pastoral de movilidad humana para que los migrantes sólo permanezcan un día en los albergues y “que al paso del tren se vayan”.
“Sus garantías —agregó—, no los maltratamos, se les respeta, que van de paso, se les atiende, pero que circulen, no se permite que se queden ni un día ni otro, que estén avanzando”.
Irrita a todos y al priismo en general. Fue secretaria general del PRI en Coatzacoalcos, de la mano de Juan Nicolás Callejas, sin pena ni gloria, al amparo del marcelismo que la ve como un lastre y la detesta.
Contendió por la secretaría general de la Sección 32, alarmando a los maestros, advirtiendo en el gremio que en un descuido su padrino, el profe Callejas, la habría trepado a la cúspide del poder sindical.
No lo logró. Ganó la contienda Lázaro Medina Barragán, sin que a los maestros les disipara el temor de que en un descuido, mareado y embrujado Callejas, la favorita del cacique habría llegado a ser la jefa de todos.
Quiere hoy ser regidora municipal. Al SNTE le corresponde la regiduría 2 en la planilla que contiende por la alcaldía de Coatzacoalcos, por el PRI. Y es Patricia Peña la carta del líder Callejas, así no sume ni convoque, así reste intención de voto, así provoque el repudio de los maestros y el voto de castigo, así lleve a la derrota al candidato priista, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara.
Obsesiva como es, Patricia Peña Recio ya se ve en la regiduría. Si el PRI pierde, con una mínima votación habrá asegurado su espacio en el próximo cabildo municipal.
Ella gana. Y a Vasconcelos lo hace perder.
Archivo muerto
“Yunes es un corrupto”, dirá por enésima vez Andrés Manuel López Obrador. “Corrupto y cínico”, le responderá el gobernador. “Loco, estúpido y farsante”, terciará Miguel Ángel Yunes Márquez. Y se armará el tira-tira entre los pejezombies y yunesbots. Tercera gira de AMLO por Veracruz, del 9 al 12, por 12 municipios en el centro y en la zona serrana. Llega cuando Morena, su partido, hierve. Se alebrestan los militantes y quienes simpatizan por la imposición de candidatos a las alcaldías, por no transparentar el proceso interno, por desconocer bajo qué criterios se eligió el perfil, si hubo encuesta que indicara la popularidad de los aspirantes, si garantizan ganar la contienda. Llega AMLO cuando a su líder estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, le llueve piña, acusado de vender candidaturas, de la mano de la excelsa diputada Norma Rocío Nahle García y el ex candidato al gobierno de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. Llega López Obrador cuando la sede de Morena fue escenario del reclamo y terminó siendo tomada por militantes y simpatizantes que se sintieron burlados, de 80 municipios, sostienen. Llega AMLO a un Veracruz en que el “Tigre” Huerta careció de la destreza, del verbo, la habilidad para dialogar y enfriar el conflicto, atizado por el yunismo azul que golpea en todos los frentes, que aprovecha la inconformidad, que exhibe la fragilidad del pejepartido, la pugna por el poder, el atropello a los estatutos, el desprecio a las voces que venían acusando que la desaparición de comités municipales violenta sus normas internas y que los candidatos que no emanan de una asamblea municipal carecen de legitimidad. Ese tema todavía irá al tribunal electoral. Lo que es el karma: tanto usaron el término espurio para despellejar a Felipe Calderón, además de llamarle pelele, que ahora los 212 candidatos de Morena a las alcaldías de Veracruz tendrán esa calidad. Por ejemplo, “el candidato espurio de Morena a la presidencia municipal de Coatzacoalcos”. Genial. Y el Peje vuelve. Y volverá con lo mismo, lo de Yunes corrupto, lo de PRIAN son lo mismo. Y Yunes con su canción: AMLO es cínico y corrupto. Ah, y también hablador. Sigue siendo Veracruz el laboratorio electoral y de violencia verbal y violencia política que habrá de marcar la ruta a la elección presidencial de 2018… Sólo un milagro salva a Tere King. Y quizá ni eso. Semanas van y semanas vienen y la señora de sociedad, diputada por casualidad, su manita aprobando el crédito de 10 mil millones de pesos con el que Fidel Herrera se despidió, y del que no sabe cómo se aplicó —si es que se aplicó—, simple y llanamente no levantó, no motivó, no caló ni anidó en las filas del PAN, importada del PRI para ser candidata a la alcaldía de Coatzacoalcos. Decepciona Arbedina Tere King Cancino a Miguel Ángel Yunes, el gober azul. La ve pasmada. La ve adormilada. Registra la indiferencia de los electores, el desdén, la burla. Ni su rostro se conoce, menos su trabajo por Coatzacoalcos. Quienes cargaron el cañón no se percataron que la bala era de salva. Sólo por un milagro Tere King sería candidata. Si en política los milagros fueran reales… Rapaz, TítereCheng, alcalde irreal de Minatitlán, lucra con la muerte de Giovanna, la menor hallada en una fosa clandestina, el 28 de febrero. Convoca a la protesta un grupo de periodistas, damas todas, se muestra el dolor, se reclama justicia, se exige acción del gobierno, solidaria la sociedad con la familia agraviada, y Héctor Damián Cheng Barragán irrumpe en el evento y lo vuelve show. Habla como Dios le da a entender. Habla con sus limitaciones, con sus entrecortados, hilando palabras y apenas una que otra frase. Y habla de buscar que se haga justicia y que Seguridad Pública garantice la tranquilidad de la sociedad. Y luego la fotografía con la corona mortuoria detrás de él y sus ediles y súbditos. Y le acercan la manta con que se protesta por el crimen brutal de Giovanna, colocada en el suelo primero y levantada para que la gráfica sea mejor. Qué falsamente humano resultó Cheng. Ya después, el video circula por Facebook, como si esa muerte le sirviera a títereCheng —títere de los Wade, Jorge, el líder petrolero, y su terrible hijo Saúl— para evadir la responsabilidad. Cheng es parte del problema, no la solución. Cheng ve los levantones, los secuestros, las mujeres muertas y halladas en fosas clandestinas, y no exige la Alerta de Género para Minatitlán. Y todavía hay quien le agradece que haya ido al acto de repudio a este feminicidio y se haya puesto a actuar. Qué agravio… De la autoría de Juan Manuel Rodríguez Caamaño el libro “Psicoaffaire, del amor y la muerte, su paso breve”. Una novela que escudriña en el ser, sus pasiones y reflexiones, el suicidio y sus divagaciones, el secuestro del personaje idealizado, la narración del que vive en la obsesión, en sus alcances eróticos, el sexo y sus devaneos, la mano que se desliza entre la falda, el placer colmado en un antro a media luz, el “profanado cuerpo”, el “orgasmo final”, los “labios vaginales”, el “perceptible gemido que externó segundos antes que yo terminara”, los “curvos glúteos”, Los Piquitos, Chilis, Applebees, Italianis. Ópera prima de Juanelo Rodríguez, rector de la Universidad Istmoamericana y hoy precandidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos. Las ventas de “Psicoaffaire” serían destinadas a las instituciones que atienden a los niños con cáncer, dice el libro…
https://mussiocardenas.com/informe-rojo/114088/patricia-pena-agandalle-una-regiduria