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“Pues fíjate que el otro día Rogelio me pidió que lo ayudara para ir a medir unos terrenos de allá abajo (…) en lo que estaba buscando las marcas, él me dijo – espérame tantito, voy de aquel lado a ver si las encuentro – yo seguí buscando, al rato de unos minutos que me grita – Roberto ven a ver lo que hay acá – me acerqué a donde estaba, él ya no se quiso acercar más, pero había una bolsa de esas negras, yo me acerqué un poco más y sí vi que salían de ahí un brazo con todo y mano, pero ya era puro hueso aunque parecía que todavía tenían la ropa encima, pero ya mejor le dije que mejor le avisara a la policía lo que habíamos encontrado y que ellos se hicieran cargo”, relató Roberto al hacer una revisión de rutina en los terrenos de su primo ubicados en las comunidades de los alrededores de la capital veracruzana.

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