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En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos políticos de Sinaloa, el empresario Jesús Vizcarra Calderón, reconocido por su liderazgo al frente de SuKarne y Salud Digna, admitió que facilitó al gobernador Rubén Rocha Moya su avión privado en el que se trasladó a Los Ángeles California, justo el día en que presuntamente se reuniría con el capo del narcotráfico, Ismael “El Mayo” Zambada García.

Jesús Vizcarra se encuentra en el centro de una polémica que ha encendido los reflectores mediáticos y ha desatado una ola de especulaciones. En un comunicado contundente, Vizcarra ha salido al paso de los señalamientos que lo vinculan con presuntos actos de financiamiento ilícito, defendiendo la integridad de sus empresas y la solidez de una amistad de décadas con el actual gobernador del estado, Rubén Rocha Moya.

La controversia estalló cuando se dio a conocer que el gobernador Rocha Moya utilizó una aeronave de propiedad del empresario para un vuelo a Los Ángeles, California, el pasado 25 de julio. Vizcarra Calderón no tardó en aclarar los hechos, señalando que la solicitud fue realizada por Rubén Rocha Ruiz, hijo del mandatario, y que la decisión de facilitar el vuelo fue motivada por una relación de amistad que se remonta a 28 años atrás, cuando Rocha Moya fungía como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y él lideraba el Patronato del Hospital Civil de Culiacán.


 

Con una mezcla de firmeza y decepción, Vizcarra recordó los momentos en los que incursionó en la política, hace ya más de dos décadas, enfrentándose a un ambiente en el que, según sus palabras, “no existen límites para la denostación y las calumnias”. El empresario aseguró que, a lo largo de su vida, ha aprendido a lidiar con los ataques que buscan minar su reputación y que, a pesar de las adversidades, ha mantenido sus principios intactos, siempre actuando dentro del marco de la ley.

En un tono que refleja tanto indignación como orgullo, Vizcarra desmintió categóricamente las acusaciones que lo señalan como beneficiario de recursos ilícitos, afirmando que su grupo empresarial, que incluye a SuKarne y Salud Digna, ha operado bajo estrictas regulaciones nacionales e internacionales, llevando el nombre de México a los mercados de cuatro continentes.

El empresario subrayó que durante más de 50 años de trabajo, ni un solo centavo de origen ilícito ha ingresado en las arcas de sus empresas o instituciones relacionadas. Reiteró que las finanzas de sus negocios han sido respaldadas por instituciones financieras de renombre, que han demostrado su confianza en él y en su familia a lo largo de las décadas.

Finalmente, Vizcarra Calderón lamentó que, en días recientes, su iniciativa más querida, la cadena de clínicas Salud Digna, haya sido objeto de injurias infundadas. Para él, este proyecto representa mucho más que un logro empresarial; es una apuesta por la salud y el bienestar de millones de personas en México y Centroamérica. Con la voz firme, pero cargada de emoción, concluyó: “Con mucho orgullo y trabajo hemos construido la primera y más grande empresa exportadora de carne mexicana, y hemos llegado a representar el principal sustento de más de 200 mil familias.”

En medio de este vendaval mediático, la imagen de Vizcarra, al centro de la escena junto al gobernador Rocha Moya, tomada el 19 de junio durante un acto de Salud Digna, se ha convertido en un símbolo de la turbulenta relación entre poder, negocios y política en Sinaloa.

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