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ESPECIAL

En un documento que ha comenzado a circular entre periodistas estadounidenses, se narra un episodio digno de una novela de suspenso. La misiva, atribuida a Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, revela con detalle escalofriante cómo fue emboscado, secuestrado y trasladado contra su voluntad a Estados Unidos, donde finalmente fue detenido. Una historia que, de confirmarse, desnuda una traición en las más altas esferas del poder y el narcotráfico.

El encuentro que nunca debió suceder


 

Todo comenzó, según relata la carta, cuando “El Mayo” acudió a una reunión que, en teoría, tenía como propósito apaciguar las diferencias entre los líderes políticos de Sinaloa. Convocado por Joaquín Guzmán López, el hijo del célebre “Chapo” Guzmán, Zambada confiaba en que este encuentro sería una oportunidad para mediar en una disputa que tenía enfrentados al gobernador Rubén Rocha Moya y a Héctor Melesio Cuen Ojeda, exalcalde de Culiacán y una figura clave en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El lugar de la cita: el rancho Huertos del Pedregal, a las afueras de Culiacán. Al llegar, Zambada describe haber visto a hombres armados vestidos de verde, lo que no le pareció fuera de lo común, considerando la naturaleza de la reunión. Acompañado por su equipo de seguridad y en compañía del comandante de la Policía Judicial del Estado, José Rosario Heras López, todo parecía transcurrir según lo planeado. Pero lo que se avecinaba distaba mucho de ser una simple negociación.

La traición en la penumbra

“El Mayo” narra cómo, confiado, siguió a Joaquín Guzmán López a una sala oscura, donde en un abrir y cerrar de ojos fue emboscado. Un grupo de hombres lo sometió con violencia, colocándole una capucha sobre la cabeza y esposándolo antes de ser arrojado a la caja de una camioneta. La traición fue brutal y sin contemplaciones. “Me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas”, detalla Zambada en la carta.

El trayecto lo llevó a una pista de aterrizaje cercana, donde fue obligado a subir a un avión privado. En ese momento, se encontraba completamente a merced de quienes orquestaron el secuestro. El vuelo, sin escalas, lo condujo a El Paso, Texas, donde agentes federales estadounidenses lo arrestaron. La carta enfatiza que no hubo rendición voluntaria: “Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”, reitera Zambada, desmintiendo versiones que circulan en torno a su entrega.

La muerte de Héctor Melesio Cuen

En este oscuro relato no faltan tragedias paralelas. Según la carta, Héctor Melesio Cuen Ojeda, presente en el mismo rancho, fue asesinado “a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron”. Esta versión contradice abiertamente la narrativa oficial, que sostiene que Cuen fue baleado en una gasolinería en un supuesto intento de robo. Para “El Mayo”, la muerte de su amigo es una herida profunda y dolorosa, y cuestiona el destino de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, quienes lo acompañaban ese día y de quienes no se ha vuelto a saber nada.

Un llamado a la verdad y la paz

La carta concluye con un llamado a los gobiernos de México y Estados Unidos para que se esclarezcan los hechos que rodearon su secuestro y las muertes de aquel día. En un tono mesurado pero firme, “El Mayo” exhorta a los sinaloenses a mantener la calma y evitar recurrir a la violencia: “Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”.

El testimonio contenido en esta carta, de ser auténtico, no solo añade un capítulo inesperado a la historia de “El Mayo” Zambada, sino que también plantea interrogantes sobre los pactos y traiciones que se tejen en las sombras del poder. Mientras tanto, la verdad completa sobre lo sucedido aquel día en Huertos del Pedregal sigue envuelta en un velo de misterio.

Y entre todo, la implicación del gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, al acudir a un encuentro con el líder máximo del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, lo que refuerza las acusaciones de un narcogobierno durante el reiando del obradorismo.

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